Arquitectos de la UNLP en el diseño del imponente Paseo del Bajo

Daniel Becker, Sergio Cavalli y Agustín Olivieri, docentes de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de La Plata diseñaron la totalidad de la urbanización superior que se posa sobre la flamante autopista subterránea “Paseo del Bajo”, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Del proyecto también participó el arquitecto Joan Marantz, egresado de la UBA.

Concretamente, el proyecto de los profesionales platenses incluye la intervención con nuevos espacios verdes, de esparcimiento y conectividad en todo el recorrido de la nueva autovía que conecta de manera ágil el sur con el norte de la capital, y es considerada una de las obras arquitectónicas más ambiciosas de las últimas décadas.

Los autores del proyecto obtuvieron -en abril de 2017- el primer premio entre 17 presentaciones al “Concurso Nacional de Ideas y Propuestas Urbanística Parque Lineal Paseo del Bajo y Entorno”, organizado por la Sociedad Central de Arquitectos y promovido por la Corporación Antiguo Puerto Madero S.A, y el ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. A partir de allí, fueron convocados por el Gobierno de la Ciudad y la Corporación Puerto Madero para la coordinación en el desarrollo del proyecto.

El “Paseo del Bajo” es una autopista subterránea para camiones y micros de larga distancia que conecta las autopistas Illia – Buenos Aires-La Plata y 25 de Mayo. Está ubicado entre las arterias Alicia Moreau de Justo y Huergo-Madero y tiene cuatro carriles, lo que permite acelerar la circulación hasta los accesos directos al puerto y a la Terminal de Retiro. Por su parte, los vehículos livianos transitan por las avenidas Huergo-Madero en sentido norte-sur y Moreau de Justo en sentido sur-norte en cuatro carriles por cada una.

El equipo de trabajo, integrado por arquitectos de la UNLP, se ocupó de diseñar y dirigir la totalidad de la urbanización que se posa sobre la autopista denominado “Paseo Lineal del Bajo”: se trata de un conjunto de nodos, espacios verdes y parques que se instalan a lo largo del recorrido y que recuperan la relación perdida entre el centro de la ciudad y el río.

Paralelamente, el desarrollo valoriza el paisaje ribereño como ámbito de sustentabilidad y búsqueda identitaria, dotando a esta área de un espacio de recreación y actividades, en lugares que hasta el momento habían sido destinados solamente a estacionamientos.

El Paseo incorpora cruces peatonales, entre los que se destaca la imponente escalinata que une Puerto Madero con la Plaza de Mayo. Antes, para llegar desde la Plaza al Puente de la Mujer había que caminar unas 10 cuadras. Ahora, en sólo siete minutos a pie, una conexión de 47 escalones salva el desnivel de 6, 5 metros en línea recta. La escalinata nace en la avenida Moreau de Justo, se eleva hasta situarse al nivel de la Casa Rosada, y ofrece un cruce peatonal panorámico para llegar al río.

Nuevas ciclovías, postas aeróbicas y juegos infantiles también forman parte de esta nueva propuesta urbanística que ofrece mayor seguridad y fomenta la recreación y la movilidad sustentable en la zona. Además, se eliminaron rejas y se ampliaron veredas a lo largo y ancho de toda el área de circulación peatonal.

Agustín Olivieri, prosecretario de Planeamiento, Obras y Servicios de la UNLP y uno de los autores del proyecto explicó que esta iniciativa “propone solucionar el impacto ambiental que el nuevo sistema vial podría generar, y avanza en la puesta en valor del casco fundacional de la ciudad, donde se encuentran algunos de sus sitios y edificios más significativos”.

“La clave de la propuesta está en la generación de nodos arquitectónicos, espacios públicos verdes con nuevas propuestas de uso que servirán de plataformas de conexión entre la ciudad y el río. Si bien el desarrollo tiene un hilo conductor que se mantiene a lo largo de todo el trayecto, paralelamente el diseño arquitectónico resuelve problemas ambientales y funcionales puntuales en los distintos sectores del recorrido”, dijo Olivieri.

Con respecto al grupo de trabajo, enfatizó: “se trata de un equipo heterogéneo, ya sea generacionalmente como por su formación académica y experiencia profesional y las sinergias positivas que ello genera son clara muestra de lo que significa formarse en una universidad pública”.

“Nosotros siempre le decimos a nuestros alumnos que la ciudad está primero. Esto no es una mera declamación ideológica, sino que tenemos la convicción que ella refleja de la manera más sofisticada, la compleja expresión de la cultura de una época. Con el aporte de la arquitectura se pretende mejorar las condiciones de vida de una sociedad”, resaltó el arquitecto de la UNLP.