El 17 de enero se llevó a cabo un homenaje a Carlos Felipe Ochoa, militante de la Juventud Peronista Trabajadora y delegado gremial de la sucursal del Banco Nación de Monte Grande, secuestrado el 20 de agosto de 1976. Su caso es uno de los que está en juzgamiento en este juicio.
En el acto, su hija Gabriela contó que ” El 24 de agosto de 1976, en horas de la madrugada un grupo de tareas militar irrumpió en nuestra casa, tirando la puerta abajo. A mi madre, a mi hermano de 4 años y a mí de 5, nos encerraron en el baño y comenzaron a golpearlo y torturarlo…, desconozco cuando tiempo pasó hasta que pudimos salir, solo se que caminamos esas dos cuadras desiertas en plena madrugada hasta la casa de mis abuelos solos los tres…, nunca más lo vimos…tenía tan solo 31 años. A mi viejo se lo llevaron porque su activismo molestaba…, pasaba sus horas ayudando a los demás, militante de la JP contribuía y ayudaba a las organizaciones sociales en Monte grande y El jagüel, ejercía como delegado gremial en el banco…, de pensamiento férreo, pujante, solidario, buena madera…, si…, mi viejo les molestaba y lo hicieron desaparecer…. Fueron años dolorosos, de búsquedas y hábeas corpus por parte de mi madre y mis abuelos, estafas ante posible paradero…, yendo a reconocer cuerpos y jueces que se declaraban incompetentes…nunca más apareció.”
Recién con los testimonios del Juicio por la Verdad en La Plata supieron que había estado en el Pozo de Banfield y en Avellaneda.
Gabriela destacó que “Hoy a través de esta baldosa en su memoria, estamos dejando su huella por el mismo lugar que el pisaba cada vez que entraba y salía de la Sucursal. Tengamos memoria para decir nunca más.”
Carlos Felipe Ochoa PRESENTE, AHORA Y SIEMPRE.