La Dra Marta Cohen adelanta detalles de la nueva prueba diagnóstica autorizada en el Reino Unido

En diálogo exclusivo con #Investiga (https://investiga.unlp.edu.ar/), la prestigiosa patóloga argentina residente en Inglaterra, Marta Cohen, adelantó detalles sobre un nuevo test de diagnóstico rápido recientemente aprobado por el gobierno británico. Además, ofreció su mirada sobre las diferentes estrategias de acción a aplicar frente al avance de la pandemia, y se refirió al rebrote en Europa y el presente y futuro de las vacunas contra el COVID-19.

La científica egresada de la Universidad Nacional de La Plata, quien en los últimos días cobró notoriedad en nuestro país por sus didácticos videos sobre el coronavirus, se refirió ahora a la nueva prueba diagnóstico que comenzará a implementarse en el reino Unido: “se trata del Método de la Reacción en Cadena de Polimerasa de Transcripción Inversa, en método que permite tener resultados en apenas 90 minutos y sin necesidad de derivar las muestras al laboratorio. Este innovador test es el fruto de destinar recursos científicos transnacionales, combinando ingeniería biomecánica, electrónica, química y recurso de los Smartphone”.

 

“El estudio se basa en el hisopado de saliva, el ARN del virus se convierte en ADN, se marca con una sustancia fluorescente y se amplifica en una caja; luego es leído por una computadora. Una de las grandes ventajas es que todo el procedimiento se realiza sin necesidad de concurrir a un laboratorio”, detalló Cohen.

“Esta prueba diagnóstica novedosa tiene un 98% de sensibilidad y un 100% de especificidad. La misma, además de utilizarse para detectar casos de COVID-19 podrá ser usada simultáneamente para identificar la presencia del virus de la gripe y otros virus respiratorios”, agregó.

Las estrategias para frenar al virus

Por otro lado, Cohen ofreció detalles acerca de las estrategias utilizadas por Inglaterra para intentar frenar el avance de la pandemia, y los resultados obtenidos: “las publicaciones del Reino Unido del mes de marzo, resultado del trabajo conjunto de profesionales de salud pública, epidemiólogos y expertos en modelos matemáticos establecieron un modelo biológico que mostraba que en aquella etapa la epidemia se expandía de manera exponencial, y que los casos se duplicaban cada 5 días”.

“El modelo proponía tres alternativas posibles: no hacer nada, mitigar o suprimir. Esta última fue la estrategia elegida por las autoridades sanitarias y el gobierno, apuntando a revertir el crecimiento epidémico, reduciendo el número de casos a niveles bajos, y manteniendo esta situación indefinidamente. Esto se tradujo en la decisión de mantener la cuarentena de los casos sospechosos y sus familias, al tiempo que se indicó el distanciamiento social de toda la población, con cierre de escuelas y universidades. Esto debería ser mantenido hasta que la vacuna más eficaz está disponible para toda la población. Estamos hablando, potencialmente, de 18 meses o más, involucrando al menos a dos tercios de la población”. 

Este modelo supone que la supresión es el método más eficaz, y los cálculos iniciales estimaron que los resultados se verían algunas semanas después de iniciada la supresión, con una declinación subsiguiente contagios.

La investigadora graduada de la UNLP fue contundente al señalar que “lo que sucede ahora en Europa es que, una vez que bajó el número de casos y la población retomó su vida social, se produjo un rebrote. Esto no hace más que dejar en evidencia que el modelo de supresión es eficaz en el corto plazo, pero siempre hay reincidencias. Por ello estamos en condiciones de predecir que para septiembre habrá inevitablemente un resurgimiento de la epidemia en la región”.

“Es necesario entonces identificar cuál es el nivel de casos positivos que debe “disparar” la alarma para reinstalar las medidas de supresión nuevamente: en Gran Bretaña, sería antes de que se llegue a 200 casos en Unidad de Terapia Intensiva por semana (límite máximo permitido por este modelo)”.

“Si bien estamos superando la primera ola, luego de liberar la cuarentena, no ha habido un sólo día en el Reino Unido que no hayan dejado de ocurrir nuevos casos o fallecimientos por Covid-19.  El virus continuará siempre circulando mientras no se tomen las medidas responsables de distanciamiento social y aislamiento de los casos positivos y sus contactos”, agregó la patóloga.

La historia de la humanidad ha enseñado que las pandemias concluyen con tratamientos médicos o con el miedo de la población a contagiarse y morir. En muchos casos de pandemias, principalmente en aquellas de alta letalidad, la población nunca logra inmunizarse.

La esperanza de una vacuna

Por estos días existen tres vacunas en fase 3: la de Oxford /Astrazeneca, la de Moderna, y la vacuna del laboratorio Pfizer-BioNTech. Las tres han mostrado en Fase 2 que generaron respuesta inmune y sin efectos adversos serios.

Al respecto, Cohen enfatizó: “la vacuna de Oxford, con la que estoy más familiarizada -y que en las últimas horas la han llevado a estar en contacto por e.mail con el propio Andrew Pollard quien integra el equipo de investigadores de la vacuna-, concluirá con la denominada fase 3 a principios de septiembre. Existe una mirada optimista hasta el momento, por eso ya se tienen millones de dosis listas para ser distribuidas cuando los resultados de esta fase confirmen que es eficaz, que no se presentan efectos adversos y que la inmunidad dura un mínimo de 6 meses”.

“El COVID-19 ya ha mutado, haciéndose más contagioso pero no más letal, y ello se dio sin que hubiera un cambio substancial en la constitución genética y la antigenicidad, de tal manera que la vacuna en estudio no necesitaría ser modificada para ser aplicada en distintas regiones del planeta”, concluyó la experta.

Su paso por la UNLP

A más de 10 mil kilómetros de su país, desde su laboratorio el Hospital de Niños de Sheffield, Cohen recuerda:

“Ingresé a la UNLP en 1979 y me gradué en 1984 (PEM’84).  Nací en Trenque Lauquen, en el interior de la provincia de Buenos Aires. Con tan solo 17 años me animé a la aventura de viajar y separarme de mis afectos para estudiar en la Universidad de La Plata. Yo era muy joven y la verdad es que la ciudad me resultaba ciertamente intimidante, pero logré sobreponerme.

Mis padres, ambos pediatras, se habían conocido justamente en el Hospital de Niños Superiora Sor Maria Ludovica, de La Plata, mientras cursaban sus estudios en la UNLP. De algún modo siempre hubo un vínculo con la UNLP. Quizás por eso, si bien la ciudad me intimidaba, no ocurría lo mismo con la facultad de Medicina. Allí, en el corazón del mítico Bosque platense, encontraba mi refugio; sentía que ese lugar ya formaba parte de mis afectos”.

“Como anécdota recuerdo algo que, visto a la distancia, me resulta cómico y a la vez inspirador. La historia sucedió mientras cursaba semiología en el Policlínico. Era mi tercer año y, simultáneamente, mi primer contacto con la clínica de los pacientes y con la Patología del diagnóstico con el microscopio. Una mañana estábamos en el Policlínico San Martín, 6 alumnos con el docente alrededor de la cama del paciente a quien se le iba a realizar un estudio. Se trataba de un caso que involucraba pneumoperitoneo. Al pobre hombre no había respondido al anestésico de manera eficaz, y comenzó a gritar terriblemente cuando le hacían el procedimiento. Recuerdo que en ese momento me desmayé y me tuvieron que llevar hacia otra sala contigua. Al despertarme decidí que definitivamente haría Patología. Fue sin dudas un momento trágico, pero a la vez  inspirador, que me llevó a tomar la decisión que marcaría para siempre mi futuro profesional”.