Divulgación de los resultados principales del Proyecto

 

Proyecto: “Las inundaciones en La Plata, Berisso y Ensenada: análisis de riesgo, estrategias de intervención. Hacia la construcción de un observatorio ambiental” (2014-2016)

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Objetivos, conclusiones y reflexiones finales

Objetivos Generales

Los conflictos en torno a las inundaciones son de naturaleza multicausal, y alertan sobre la necesidad de modificar la racionalidad de su manejo. Una de sus principales causas está relacionada con eventos de inundaciones por precipitaciones y/o sudestadas y sus consecuencias catastróficas a nivel regional, que han sido frecuentes en los últimos cien años y se agudizaron en las últimas décadas. La acción antrópica, que ignora el sistema hídrico, generalmente desemboca en una tragedia. La gestión inadecuada del agua afecta la salud y la calidad de vida. Por otro lado se incrementan los costos económicos para el mantenimiento de la cantidad y la calidad del agua para consumo y la producción, además de los costos sanitarios y sociales para hacer frente a las consecuencias de catástrofes hídricas. Aquí se pone en evidencia que las inundaciones no son tan naturales como parecen. Frente a esta situación el proyecto propone como objetivos generales:

Analizar y explicar las características que asume la problemática de las inundaciones en la región de La Plata, Berisso y Ensenada, como amenaza territorial y ambiental para llevar a cabo una primera aproximación a la construcción de una matriz de riesgo por inundación

Evaluar y proponer estrategias de acción e intervención para la preparación ante la amenaza y la prevención afrontando el corto, mediano y largo plazo.

Crear las bases para concretar la implementación de un observatorio ambiental, que brinde información estratégica y contribuya a la formulación y aplicación de políticas públicas que tiendan a asegurar la sustentabilidad social y ambiental.

El proyecto se enmarca en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible Río+20,  en el protocolo de Hyogo sobre “aumento de la resiliencia de las comunidades ante los desastres” y la iniciativa de desarrollo de ciudades resilientes, vigente hasta el 2015 del programa mundial de reducción de desastres de la ONU. Se propone instalar sistemas que aporten a una alerta temprana; elaborar evaluaciones de riesgos para utilizarlas como base para la realización de los códigos de construcción,  planes sobre desarrollo urbano y planificación territorial; mantener datos actualizados sobre las amenazas y las vulnerabilidades y,  asegurar  que  la información y recomendaciones se discutan con la comunidad y estén a su disposición.

Lo anterior en nuestra región toma una dimensión muy significativa porque los desastres por inundaciones en las últimas décadas han ido en aumento, hasta llegar a la situación del 2 de abril. Contradictoriamente al mismo tiempo, la urbanización se extendió e intensificó; la superficie de cultivo intensivo bajo cubierta también y, la utilización del suelo no contempla planicies de inundación y sistemas de drenaje de aguas asociados a estrategias de retención e infiltración. Esto amplia cada vez más la vulnerabilidad social y física ante los fenómenos y los niveles de criticidad.

Estos objetivos se desarrollarán en un marco de funcionamiento transversal, propiciando cauces de diálogo de saberes entre las diferentes disciplinas para promover la articulación y el trabajo conjunto de equipo y la creación de canales de comunicación efectiva, bajo las principales hipótesis:

La precipitación anual en la región ha sufrido un incremento en el último siglo; esta variabilidad se manifiesta en un aumento tanto en la magnitud como en la frecuencia de ocurrencia de los máximos anuales de precipitación diaria, mayormente entre los meses de enero y mayo y especialmente a partir de 1970, esto genera en consecuencia un aumento del riesgo de inundaciones.

La existencia de sectores sin datos de base por precipitaciones, aumenta la incertidumbre de los modelos desarrollados para analizar el riesgo hídrico y en particular por inundación.

La incorporación de una plataforma de monitoreo hidrometeorológico en tiempo real permitirá contribuir a los sistemas de alerta temprana.

La disminución de la superficie efectiva de infiltración, producto de la ocupación urbana, decapitación de suelos y la utilización de grandes superficies de cultivo bajo cubierta, produce un aumento en la velocidad de llegada del agua precipitada a las zonas bajas, aumentando el riesgo de inundación tanto a la población como a sus bienes.

La ausencia de una política participativa, vinculada a la búsqueda de respuestas ante las reincidentes inundaciones, que incorpore actores que cuenten con características, atribuciones y grado de poder, inciden diferencialmente en la formulación e implementación de las intervenciones.

La existencia de fuentes de contaminación no controladas urbanas, industriales y rurales incrementan los impactos adversos de inundaciones.

Una efectiva comunicación entre actores sociales, científico académicos y de gestión institucional favorece la preparación y la respuesta en la acción asociada a conflictos ambientales.

La incorporación de un observatorio ambiental y social en las principales cuencas, que produzca información cuali-cuantitativa confiable, registre, analice e investigue variables, permitirá identificar y mitigar o controlar factores de riesgo que puedan afectar negativamente a la calidad de vida.

 

Objetivos específicos

Objetivos específicos al OG1

1. a. Analizar las causas y manifestaciones de riesgo hídrico en la región interdisciplinariamente. Actualizar información cartográfica existente  y las bases de datos en un entorno SIG que permita almacenar y organizar los datos necesarios para generar cartografías actualizadas, utilizando como unidades de análisis las cuencas de los arroyos y de acuerdo a las escalas necesarias.

1. b. Caracterizar los componentes del riesgo como escenarios exploratorios, analizando y evaluando las amenazas (relieve, geomorfología, suelos, dinámica hidrológica y meteorológica); la vulnerabilidad (social, institucional y física) y; los riesgos emergentes actuales y tendenciales evaluando la probabilidad de daño y ocurrencia. La matriz de riesgo aceptable  para continuar con el proceso, surgirá de la interacción entre distintos actores: técnicos, políticos e institucionales.

Objetivos específicos al OG2

2. a. Identificar áreas de exclusión para usos urbanos y productivos como parte de la formulación de estrategias de intervención para la prevención, analizadas en relación al escenario de riesgo elegido y la necesidad de espacios naturales que presten servicios eco sistémicos. 

2. b.  Identificar y analizar Áreas Testigos Pilotos para la ideación de  medidas no estructurales con evaluación previa de  patrones de ocupación, caracterización de espacios abiertos y modelización tridimensional del escurrimiento. Con esta base se formularán líneas de acción para atender la emergencia y la prevención asociadas al ordenamiento territorial, el urbanismo y la arquitectura que pueda incorporase a la gestión del riesgo.

Objetivos específicos al OG3

3. a.- Instalar un observatorio ambiental basado en una red de estaciones de monitoreo meteorológicas y de variables fisicoquímicas de las principales cuencas y generar un área de recopilación de información científica, datos climáticos, ambientales y sociales que integre la información y sea capaz de trasladarla a la comunidad.

3. b.- Diseñar y planificar las estrategias de difusión de la información recopilada y la propia producida en las estaciones de monitoreo y de las distintas unidades de este proyecto, con especial atención al Mapa de Riesgo Hídrico y acciones preventivas previas y durante emergencias ambientales.

3. c.- Constituir un espacio de análisis y discusión de propuestas y/o planteamientos vecinales y/comunitarias, identificando a los actores ambientalmente significativos y realizar la construcción de un mapa de actores.

Transversalmente a los OG1,2,3,4

T.1. – Asegurar un funcionamiento transversal del proyecto, con cauces de diálogo de saberes entre las diferentes disciplinas por medio de la articulación y el trabajo conjunto de los equipos que lo componen.

T.2. – Diseñar y gestionar un plan de validación y evaluación de los resultados alcanzados por el proyecto, junto a la comunidad damnificada, con registro y sondeo del proceso de transferencia mediante la realización de entrevistas y encuestas en las regiones damnificadas por la emergencia hídrica.

T.3. – Efectuar un diagnóstico de litigiosidad en relación a los riesgos hídricos en la región; un análisis jurisprudencial de esa litigiosidad y establecer bases para su registro y evaluación periódica sistematizada. Asegurar el Derecho de Acceso a la Información Pública. Evaluación de prácticas públicas, ejercicio y exigibilidad en relación a la gestión de riesgos hídricos en la región.

T.4.- Desarrollar un área de interfase con autoridades públicas de nivel Municipal y Provincial, con los poderes Legislativos y el Sector Productivo, promoviendo la formación de recursos humanos del área ambiental de las municipalidades para el mantenimiento de estas zonas con programas de capacitación en educación ambiental.

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1.2. Conclusiones y reflexiones finales

A pesar de que la inundación del 2 de abril de 2013 en la región debe considerarse como fenómeno extraordinario, con anterioridad ya hubo otros sucesos de precipitación en 24 horas que causaron grandes inundaciones. En efecto, el registro de 392,2 mm de precipitación este día, acumulado entre las 0 y las 24h, obtenido en la estación meteorológica La Plata Observatorio (LPO), “Enrique F. U. Jaschek”, de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas de la UNLP, es el record de su serie histórica, superando en poco más de un 400 % al valor promedio mensual para el mes de abril del período 1983 – 2012 y en más de un 225 % al record anterior en el registro histórico que comienza en 1909. Si además consideramos días consecutivos de lluvia con al menos un día de más de 100mm de su serie histórica, también se observa que esta tormenta es record, en más de un 140%.

Ante este fenómeno de inundación, la población y la gestión de los partidos de Berisso y Ensenada se diferencian de La Plata porque están preparados culturalmente, a partir de las reiteradas inundaciones provenientes del Río de la Plata. Sin embargo la situación es totalmente distinta en el Partido de La Plata. La población y la gestión municipalidad de La Plata enfrentaron la amenaza con improvisación y total desprotección, a pesar de que los sucesos de 2002 y 2008 fueron en aumento, de ahí los hechos catastróficos.

No obstante, es necesario entender estos conflictos hídricos como de naturaleza multicausal. Porque? Porque además que los drenajes están calculados para trasladar hasta el río menores cantidades de agua, se siguen ocupando con diferentes asentamientos humanos las zonas que implican incremento del riesgosas, tales como, márgenes de arroyos, planicies de inundación, bañados o humedales y, esta tendencia continua y se va consolidando. Estas zonas siguen transformándose por rellenos asistemáticos; las obras de drenaje se diseñaron para intensidades de lluvia menores; y las superficies de suelo absorbente están cada vez más restringidas, además de los efectos del cambio climático.

Otro de los problemas importantes que son tendencia es la ocupación de los bañados de la planicie costera del Rio de la Plata previo relleno o no, y que por lo tanto, dejan de cumplir funciones o servicios ecológicos para beneficio de la región. Además, con la necesidad de su no ocupación ayudan a restringir la conurbación entre La Plata y los municipios costeros. Igualmente es importante considerar que este territorio ha sido altamente transformado a partir de islas de desarrollos urbanos, y grandes áreas industriales y de servicios, pero aun su existencia puede y proporciona un recurso importante, que enfrenta la tendencia creciente del desarrollo residencial.  Evitar los rellenos y no transformar los niveles topográficos del relieve conservando la estructura integral del bañado, incluyendo su relación con el río y su naturaleza de área receptora de todo el sistema de arroyos que atraviesan la planicie interior, sigue siendo de gran importancia para mitigar la problemática de inundaciones de la Región.

En el Partido de La Plata, donde se desarrollan las cuencas altas y medias de los arroyos se han ocupado los márgenes y planicies de inundación de cada uno, además de subdividirse en parcelas urbanas y ocuparse por construcciones que modificaron profundamente los cursos y las planicies. En las áreas aun vacantes, no se ha  estudiado el compromiso de subdivisión del suelo en relación a los márgenes ni tampoco se tuvieron en cuenta en los sitios que por entubamiento pasan por debajo de la urbanización. Los casos recientes y comprometidos son: el  Barrio El Rincón, que creció sobre las planicies de inundación de los arroyos Carnaval-Martín en Villa Elisa, y el Barrio Sicardi que sigue creciendo peligrosamente, sin ningún control estatal, hacia el bañado del arroyo El Pescado.

Por todo esto, es muy importante alertar sobre la necesidad de modificar la racionalidad del manejo de esta situación que necesita ser abordada integralmente. Ya casi no existen tierras desocupadas por encima de la cota de inundación en ninguna de las tres jurisdicciones para cubrir la necesidad de crecer por extensión con suelo residencial, por lo tanto es necesario estudiar y orientar este crecimiento imprescindiblemente. También es necesario proteger y restringir en el Partido de La Plata, la extracción de suelos productivos para la fabricación de ladrillos – que degrada los suelos y no permiten la infiltración – y la apertura de nuevas canteras para la extracción de tosca.

Nunca se llegó a plantear un Plan Director o Plan Urbano Territorial que orientara el crecimiento por extensión/ densificación y/o consolidación hacia lugares ambientalmente seguros –entre otros factores -, lo cual se visualiza en la nula y/o escasa restricción a la ocupación de las planicies de inundación de los arroyos, o al proceso sistemático de entubamiento de los mismos; la ausencia de gestión y/o control del incremento de las superficies impermeables en la construcción de la ciudad; la falta de previsiones de la cíclica ocurrencia de estos fenómenos, que en muchos barrios han sido recurrentes; la falta de gestión y seguimiento de la ocupación de la zona rural por invernaderos que aumentaron exponencialmente en las últimas décadas sin control.

Como consecuencia de inundaciones previas (ej. 2002, 2008) se realizaron numerosos estudios sobre la problemática y las líneas de acción a seguir donde intervinieron organismos estatales y científicos tecnológicos. Sus resultados nunca fueron tenidos en cuenta por los decisores políticos. También se observa la ausencia del Estado en la planificación y toma de decisiones a nivel regional, intra e inter Municipal.

Las consecuencias de las inundaciones se vinculan a los diferentes grados de vulnerabilidad que sufre la población previamente al evento o la amenaza. Se  relaciona con los factores o condicionantes a la que están expuestas como, el medio natural, el estado del ambiente construido, la débil gestión política no preventiva,  el nivel socioeconómico, el estado de los drenajes y bajo mantenimiento de los niveles de servicios urbanos. Estos factores de riesgo continúan siendo en la actualidad. Las principales consecuencias son las pérdidas de vida, las enfermedades, lo psicológico y los  daños materiales de las viviendas.

Por otra parte, se constató que las inundaciones del 2 de abril causaron diferentes problemas en relación al agravamiento asociado a contaminación de las aguas, tales como el funcionamiento y manejo de diversos aceites en talleres y lubricentros; contaminación cloacal en zonas inundadas sin servicios de infraestructura sanitaria. Estos escenarios determinaron suciedad y contaminación, que afectó domicilios, calles, espacios públicos por un período considerable.

Los Municipios de Berisso y Ensenada cuentan con un desarrollo de obra hidráulica financiado por el Estado Nacional, tendiente a resolver los problemas de inundación por creciente del Rio de la Plata. Las obras son distintas y atienden las características de cada ribera. A partir del evento del 2013 comienza una articulación entre los actores gestionada desde el Comité de Cuenca organizada a partir de lo que dictamina el Código de Aguas Ley N° 12257 de la Provincia de Buenos Aires. Existe una visión fragmentada por parte de cada municipio acerca de una solución regional integral, lo que conlleva a que cada uno tenga su propia obra hidráulica.

Las Asambleas Barriales presentan una conformación con características propias del territorio de cada una y de la incipiente trayectoria de organización de la mayoría de ellas a partir de las consecuencias de la inundación del 2 de abril. En poco tiempo han logrado consolidarse en la Unión de Asambleas Barriales y coinciden en la elaboración de una serie de puntos que deben ser esclarecidos por el Estado; han solicitado asesoramiento e información sobre la situación y participan en diferentes ámbitos de discusión y tratamiento de la situación pos inundación.

En ese sentido, se detecta un bajo nivel de respuesta estatal a las demandas de la Unión de Asambleas Barriales: a) Esclarecimiento total del número de víctimas fatales b) Subsidios para las familias afectadas, c) Obras que brinden a futuro el grado de protección necesario, d) Revisión del Código de Ordenamiento Urbano, e) Plan de contingencia ante posibles situaciones extraordinarias, f) Atención y contención profesional a las personas afectadas, g) Justicia y castigo a los responsables de esta catástrofe.

Se observa una valoración positiva por parte de miembros de las Asambleas Barriales acerca de su participación como veedores en el seguimiento de las obras hidráulicas en marcha. En relación al papel de la Universidad Nacional de La Plata, la mayoría de los entrevistados coinciden en que fue una institución que intervino a partir de diferentes actividades tales como el Consejo Social, líneas de investigación, proyectos de extensión en el abordaje de la problemática de las inundaciones. Se rescatan  los diagnósticos de las Facultades de Ingeniería y Observatorio en cuanto a la situación de vulnerabilidad de La Plata, y el análisis de los Mapas de Peligrosidad y de Riesgo, Vulnerabilidad y Alerta de la Región Capital, elaborado por el IGS-CISAUA, que permite a la comunidad saber cuan peligroso es el lugar donde se asienta su casa y alertar donde no es conveniente construir. El Mapa  de Riesgo de Inundación Urbana elaborado por el CIUT de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo permitió elaborar además de los Lineamientos para el Ordenamiento Territorial y Ambiental como estrategia de medidas NO estructurales, la  Zonificación de Riesgo de Inundación Urbana que puede utilizarse, tanto para elaborar el Plan de Contingencia, como para conocer concretamente las zonas que deberían adaptar sus construcciones para enfrentar el riesgo.

Del análisis cuantitativo del Mapa de Riesgo del GLP, es posible afirmar que de un total de población del GLP que ascienden a 801.901 habitantes[1], existen si hubiera una lluvia excepcional como la producida el 2 de abril de 2014 uniforme en todo el territorio: aproximadamente 420.976 habitantes, el 52,49% de la población en un nivel muy alto y alto de riesgo; 135.301 habitantes, el 16,87% en el nivel medio y los restantes 245.624 habitantes, el 30,64% con un bajo nivel de riesgo a inundarse. En relación a la vivienda, se puede afirmar que de un total de viviendas del GLP que ascienden a 305.969, existen si hubiera una lluvia excepcional como la producida el 2 de abril de 2014 uniforme en todo el territorio: 150.481 viviendas, el 49,19% de las mismas en un nivel muy alto y alto de riesgo; 50.512 viviendas, el 16,51% en el nivel medio y las restantes 104.976 viviendas, el 34,30% con un bajo nivel de riesgo a inundarse.

A nivel de las cuencas del Arroyo del Gato y Maldonado la población total asciende aproximadamente 420.743 habitantes. En ambas el 30%, aproximadamente (122.729 habitantes), se encuentran en los niveles de riesgo muy alto y alto. El 70 % de población restante se encuentra entre los niveles medio y bajo.

Las zonificación del riesgo a nivel de cuencas que surge de la investigación como una primera aproximación, debe ser contrastada con la población que involucra de forma iterativa para realizar una segunda zonificación más ajustada.  En ellas se han cuantificado aproximadamente 98.234 parcelas que se inundan en el Arroyo del Gato, de las cuales solo 2.302 están delimitadas  en las Zonas Especiales de la normativa (Ord. 10.703/10-10.896/12);  y de las 18.271 parcelas contabilizadas como inundables en el Arroyo Maldonado, solo 820 están incluidas en las Zonas Especiales de la citada normativa.

Se pudo constatar un soslayamiento de la participación de los ciudadanos y las organizaciones de la sociedad civil, por parte del Estado Municipal y Provincial, en las inundaciones de 2002, 2008 y 2013. Asimismo se vieron conculcados y gravemente afectados los Derechos de Acceso a la Información Pública y de Acceso a la Justicia.

Sólo si los ciudadanos y sus organizaciones están debidamente informados pueden participar en los procesos de toma de decisiones que afectan directamente su presente y su futuro; y asimismo sólo si la reparación de los daños causados por los hechos dañosos es tangible, particularmente cuando el Estado es el responsable de esa reparación, será posible avanzar en procesos democráticos colectivos de gestión de riesgos y de reducción de la vulnerabilidad social.

La capacidad de la comunidad de la región de anticiparse, enfrentarse, resistir y recuperarse del impacto de las emergencias hídricas, aumenta y se posibilita en procesos de participación e implicación general de los ciudadanos y las organizaciones sociales. El Derecho de Acceso a la Información Pública y el Derecho de Acceso a la Justicia oportunamente garantizados hacen a esa participación e implicación general, que deviene definitivamente inviable sin ellos.

 

Reflexiones  Finales

Mientras el Estado provincial proyecta y concreta las obras hidráulicas estructurales, las líneas de acción para llevar a cabo las medidas NO estructurales  deben orientarse a programar una estrategia central: la posible adaptación ambiental y territorial para el mediano y largo plazo con el fin de disminuir de forma sostenible el riesgo de inundación (muy alto, alto, medio y bajo). A partir de este objetivo se debe trabajar en:

  • Reafirmar la necesidad de seguir trabajando en el tema por parte nuestra y de otros investigadores, formando recursos humanos que enfrenten y continúen profundizando el tema. Sistematizar, consensuar e implementar estrategias y mecanismos económicos, sociales y tecnológicos eficaces para la mitigación, resolución y prevención ante los conflictos actuales y las futuras amenazas, teniendo en cuenta distintos saberes.
  • Colaborar con la reducción del Riesgo de Desastre buscando aumentar la resiliencia frente a las amenazas, acordando estrategias y lineamientos de Ordenamiento Urbano y Territorial entre las cuatro jurisdicciones – los tres partidos y el puerto – valorando las potencialidades de cada una, manejando los conflictos ambientales para su remediación, prohibiendo la ocupación de los bañados, y promoviendo la urbanización, industrialización y el desarrollo costero y portuario, en territorios aptos o aplicando estructuras adecuadas a la problemática.
  • Reformular en este marco, los planes municipales de ordenamiento urbano-territorial y ambiental  articulados con los planes municipales de gestión del riesgo, incorporando medidas no estructurales para la reducción del riesgo y orientando las medidas estructurales, garantizando la integración regional.
  • Considerar cada cuenca como sistema porque un Plan de Control de aguas pluviales de una ciudad o región metropolitana debe contemplar las cuencas hidrográficas sobre las cuales la urbanización se desarrolla.
  • Prohibir la expansión urbana sobre áreas de extrema vulnerabilidad ambiental (humedales) tanto en la cuenca alta como en la baja, creando los sistemas municipales de Áreas Protegidas.
  • Incorporar espacios verdes y/o espacios de infiltración que colaboren con el funcionamiento del ciclo del agua (precipitación = evapotranspiración + escorrentía + infiltración) en el marco de los atributos que tienen las cuencas hidrográficas como unidades territoriales de planificación y gestión de los recursos hídricos.
  • Conservar los cauces abiertos y en su estado natural tanto de los arroyos  como de los humedales, como principales medios de drenaje natural, divulgando la necesidad de mantenerlos de esa forma.
  • Reestructurar los trazados y la subdivisión del suelo que limitan con los arroyos para prever el espacio público que deben proteger en sus márgenes y revisar políticas en relación a espacios públicos. 
  • Monitorear y gestionar el tratamiento de las márgenes de los arroyos, de los drenajes y de las políticas de infiltración y arborización.
  • Orientar el crecimiento urbano hacia lugares seguros y adaptar la ocupación y el uso del suelo a la zonificación proyectada según los niveles de riesgo hídrico de cada cuenca, con la participación de la comunidad afectada,  programando las acciones y regulaciones para lograr mejorar los grados de infiltración y drenaje.
  • Promover nuevos trazados y subdivisión en áreas de riesgo bajo,  siempre que hayan sido orientados desde un Plan Director Urbano –Territorial,  y que éste cuente con  los proyectos aprobados relativos al drenaje integral. Por otro lado, deberán preverse las obras de control de escurrimiento urbano en tres niveles: en la fuente; en el micro drenaje y en el macro drenaje, así como las medidas de infiltración y arborización correspondiente a los cálculos que emerjan del proyecto lo recomienden. Podrá permitirse una intensidad de ocupación del suelo alta (FOT y Densidad) aunque el factor de ocupación del suelo deberá ser menor o igual al 50 % de la superficie de la parcela.
  • Rever el Código de Edificación y/o Construcción asociado a la zonificación de riesgo y con la participación de la población  de cada zona, para orientar  la construcción de los edificios, en cuanto a los aspectos estructurales, hidráulicos, de material y sellados. En zonas ya construidas, será obligatorio edificar un nivel superior por encima de la crecida probable.
  • Tener en cuenta que las acciones de planificación y mitigación tienen un carácter dinámico, por lo cual, en un plazo de 20/50 años, estas acciones podrían lograr minimizar la vulnerabilidad de estas zonas de riesgos, de manera de reducir la exposición de la población y las edificaciones. Garantizar espacios que  puedan ser usados por la comunidad en salvaguarda propia.
  • Fundamentalmente hace falta  un Plan de Contingencia que contemple su Gestión y  el Control de las  acciones programadas, identificando en forma cualitativa y cuantitativa las problemáticas a encarar y analizando las lecciones aprendidas de catástrofes anteriores.
  • Crear un Organismo de la Región Capital  de Gestión del Riesgo Municipal. Incluir en ese Organismo el tratamiento de la grave temática de los asentamientos.
  • Ampliar los sistemas de adquisición de datos meteorológicos y ambientales, tales como la Red de Estaciones Meteorológicas Estandarizadas en la Región Capital.
  • Realizar un control de niveles guía de calidad de agua para la protección de los recursos hídricos superficiales y subterráneos.
  • Establecer normas de seguridad para la factibilidad de localización en áreas urbanas de Lubricentros, Estaciones de Servicio,  Talleres y Depósitos de Mercancías Peligrosas,   que por sus características cuentan con sustancias contaminantes.
  • Atender las demandas de la Unión de Asambleas Barriales y posibilitar la gestión participativa con los vecinos afectados en cada cuenca, barrio o Delegación, para elaborar los futuros planes de contingencia y vías de evacuación teniendo en cuenta su percepción sobre el evento, sus estrategias para evacuación y el conocimiento colectivo de sus vulnerabilidades y riesgos.
  • Asegurar información al público sobre el grado de riesgo de inundación de terrenos que se encuentran en el mercado inmobiliario.
  • Considerar los aportes de la UNLP a la hora de tomar decisiones políticas.
  • Entender el análisis de riesgo y las estrategias de intervención ante emergencias hídricas como acciones que deben desarrollarse en el marco del paradigma de los Derechos Humanos, y el consecuente deber del estado de respetarlos, protegerlos, y garantizar su plena vigencia y realización.
  • Efectuar análisis de riesgos que permitan delinear estrategias de intervención eficaces, a partir de un concepto de vulnerabilidad en el que la dimensión socio-jurídica aparezca considerada en dos de sus aspectos más relevantes y eventualmente constituirse en variable interviniente en la construcción del Índice de Vulnerabilidad de la población ante las emergencias hídricas.
  • Se trata del Derecho de Acceso a la Información Pública (DAIP) y del Derecho de Acceso a la Justicia (DAJ), que han sido soslayados y gravemente afectados de múltiples formas, por el Estado, en las inundaciones de 2002, 2008 y 2013.
  • Impulsar el dictado de Ordenanzas Municipales –y sus correspondientes reglamentaciones- en los Municipios involucrados, que contemplen y/o profundicen el “Derecho de Acceso a la Información Pública” y su gestión eficiente y oportuna.
  • Crear un área de “Observación y Registro de Buenas Prácticas” en el Observatorio Ambiental, en materia de Derecho de Acceso a la Información Pública y Derecho de Acceso a la Justicia en relación con las emergencia hídricas.
  • Revisar las prácticas estatales –tanto municipales como provinciales- en relación con la reparación de daños y rehabilitación posterior, como parte de la denominada “gestión de riesgos”.

Informe Final que se puede consultar en: http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/59633) y en http://omlp.sedici.unlp.edu.ar/dataset/informe-final

[1] Fuente elaboración propia en base a datos del INDEC Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010, procesado con Redatam +Sp. Metodológicamente se utiliza como unidad el radio censal y no la manzana, existiendo un margen de error dado que el sistema hace un ajuste por aproximación.