Juicio Hogar Casa de Belén Audiencia nº 7 del dia 6 de Mayo de 2022

Por Lucero San Vicente, Maestranda en Historia y Memoria.

 

En la séptima audiencia, que tuvo lugar el 6 de Mayo de 2022, se escucharon los testimonios de Horacio Rafart y Carlos Torriani

 

 

 

José Luis Alvarenga, “el Polaco”/”Juan Moreira” a través de Horacio Rafart

“El recuerdo es su felicidad con especto a la militancia y todas las cosas que hacían en los barrios”

Horacio Rafart llegó a la sala con algunos libros y fotografías en la mano, mismos que después serían apoyo dentro de su testimonio. Ante la pregunta formulada porla Fiscalía de si “¿Algún miembro o integrante de su familia aufrió algún hecho represivo durante la última dictadura?”, Rafart contestó que varios integrantes de su familia fueron afectados, algunos tíos fueron perseguidos, su hermano fue secuestrado y luego liberado y su tío José Luis Alvarenga fue asesinado. Horacio comentó que está hace 45 años esperando este momento y jamás imaginó que iba a tener la posibilidad de estar ante el Estado contándolo.

En este caso el testimonio se centró en José Luis, ya que fue asesinado a los 27 años en uno de los operativos que son objeto de esta causa. Así Horacio comenzó describiendo a José Luis. Alvarenga nació en Posadas el 11 de enero de 1949 y su familia decidió migrar al conurbano bonaerense para buscar más trabajo, desde los 9 años trabajó en el mercado central, recolector de basura, en la metalúrgica y como albañil, compartiendo el tiempo con los estudios. Los recuerdos de Horacio son de su tío viviendo en su casa y leyendo libros de historia y política, al volver del servicio militar ya militaba y fundó en Lavallol una Unidad Básica llamada Sabino Navarro, a partir de esto comenzó a recibir agresiones y secuestros express. En ese momento la familia ya no sabía dónde vivía José Luis y a veces aparecíaenla casa y en el barrio para seguir organizando acividades, Horacio recuerda que él tenía 14 años cuando su tío y sus compañerxs militantes llegaron a instalar el agua corriente al barrio.

Recordando marzo de 1977

Cuando la familia de Horacio hablaba a casa de José Luis existía un código para saber que estaba bien.En ese mes hablaron a la casa de la esposa y les dijeron que “estaba enfermo”, código usado para decir que había muerto. Del 77 al 85 que encontraron los restos la familia vivió en un limbo y angustia, que como dice Horacio, hasta la fecha continúa. Su abuelo murió de un infarto al corazón un año después del asesinato de José Luis y su abuela murió cuando recuperaron los restos. Así Horacio describió la “transformación dolorosa de impotencia que atravesó mi familia y en la que estamos todavía todos inmersos”.

La forma en la que llegaron a ubicar a su tío fue porque con la llegada de la democracia también llegó a Argentina Julio Ramírez, buscando a sus tres hijos y en una nota en Clarín decía la ubicación de la casa en donde habían matado a Vicenta, en la calle Nother. Elsa Niño, la esposa de José Luis, y Horacio retomaron la búsqueda y en una fosa en el cementerio de Rafael Calzada encontraron sus restos.

“Cuando hablo de mi tío envuelvo a todxs”

Cuando Horacio tenía alrededor de 20 años seguía yendo al barrio, investigando lo que había pasado, para esto decidió ir y entrevistar a lxs vecinxs. Les comentó que era periodista y que quería escuchar lo que había sucedido, otros años fue haciéndose pasar como parte de una productora para escuchar sus historias y seguir la investigación. En la forma en la que Horacio fue entretejiendo la historia descubrió que había otras dos personas que fueron asesinadas en la casa.

En ese recorrido ubicó a la familia Vitase,quienes fueron los vecinos que recogieron a lxs niñxs cuando terminó la oepración. Horacio cuenta que tuvo la posibilidad de entrevistar a las diferentes generaciones y conocer lo que sabían, primero al matrimonio de Oscar y otilia y después a su hija. Le relataron que ellxs se acercaron porlos niños después de ataque y que ante lo que lxs vecinxs les comentaban de lo que podrían sospechar de ellxs, lxs llevaron a Banfield, Lanus o Almirante Brown, un detalle que no recordaba.

En sus andares como actor, Horacio[1] contó que muchas de sus obras están basadas en lo sucedido en el país en esa época. En una de sus giras por Europa, llegó a Suecia y al tener noción del exilio de los hermnxs Ramírez ahí decidió buscarlos, no los encontró, pero otrxs exiliados le dijeron sabían que estaban ahí. Entre todas las investigaciones Horacio escribió un libro sobre esta historia, pero como él dice, no sólo de la historia de su tío,sino de quienes en la región sufrieron la represión.  De los 15 a los 60 años no había encontrado un espacio como el judicial para contar esta historia, así que con su libro buscódarle voz a casi 1200 compañerxs asesinados y secuestrados de La Plata y Berisso, también comoparte del registro de lo sucedido y la memoria, Horacio está realizando un documental al respecto.

En este proceso de investigación se encontró con el abogado que llevaba la causa de los Ramírez y comenzó a buscar más información sobre su tío. Tuvo un encuentro con los hermanxs en Quilmes, el cual recuerda como reecnontrarse con su tío. Se ha reecontrado también con él en todos los legajos, fotografías y grabaciones que ha recuperado, pero que mucho de este material se perdió con la inundación de La Plata del 2013.

Recordando en el espacio: ”fue emotivo, terrible, horrible y quizás reparador”

Cuando se cumplieron 30 años del hecho, Horacio juntocon su familia realizaron un acto en Plaza de Mayo y esparcieron las cenizas de José Luis en la pirámide de Plaza de Mayo. Unos años después, tras el reencuentro con los hermanxs Ramírez secolocó una placa en la casa. En este acto se reunieron no sólo lxs familiares, sino también los vecinos y Horacio escuchaba y tomaba nota para ver las coincidencias de las versiones, las cuales en efecto, coincidían, como que mencionaban que adentro de la casa no se escuchaban disparos. Justamente en ese momento es cuandose acercan lasdospersonas que fueron obligadas a llevar los cuerpos, una de ellas es la que va a testimoniar en esta audiencia. Para Horacio este encuentro fue importante porque ha sido toda su vida el estar detrás de este hecho, de este momento y poder saber cómo fueron los hechos.

Casi al finalizar su testimonio alzó la fotografía de su tío, mientras contaba cuándo y cómo llegó a la casa, con la foto en manos también contó cómo “él tomó la posta” de seguir la búsqueda.

Por parte de la defensa de la imputada Nora Susana Pellicer y de Catinari las preguntas giraron alrededor de un expediente que salió de Lomas de Zamora, hubo un ir y venir en las preguntas y confirmaciónde haber visto un expediente de 41 fojas con fotografías de la casa.

Últimas palabras: “Y no, no me calmo, no me calmo nada”

Horacio aprovechó las últimas palabras para decir que para él la importancia de estos juicios ya no es personal, es una cuestión para la historia y recalcó la importancia que tiene que los testimonios puedan ser dichos en una sala de juicio para que pasen a la historia, así se pronunció: “estos juicios tienen que servir para la historia y la historia tiene que reivindicar la lucha”. Con una notable emoción mencionó que en la sala se encontraba su hijo y su nieto y que era la primera vez que el Estado lo escucha después de 45 años, así su testimonio finalizó con un aplauso de quienes nos encontrábamos de manera presencial en la sala.

Juan Carlos Torriani

Juan Carlos Torriani era el dueño de la empresa funeraria que llevaba cuerpos al cementerio por parte del partido de Almirante Brown. En su declaración nunca comenta si recuerda haber llevado tres cuerpos en marzo del 77. Lo que relató fue el proceso que realizaba como parte de la empresa funeraria, a la cual el partido la contrató para servicios con indigentes, pero a veces también llevaba a personasque habían sido asesinadas en enfrentamientos, sin embargo el comenta que él no sabía, que él se encargaba de poner los ataudes y realizar el traslado. También contó sobre el prcoeso, en el cual la policía, asistencia social o los familiares llegaban con la licencia de inhumación y él ponía el ransporte, el ataúd y los llevaba al cementerio. Sí contó que en varias ocasiones hubo NN y que todos los cuerpos  eran llevados al cementerio de Rafael Calzada. Afirmó que en el momento del traslado él no sabía la forma en la que habían muerto.

Así finalizó la séptima audiencia. Con dos testimonios que contrastaron entre sí, por una parte escuchamos a Rafart, quien además estaba acompañado de su familia en la sala y quien no dejó de mencionar la palabra justicia en su testimonio. La narración de su recorrido también retrató el trabajo que él ha realizado en la investigación y recopilación de datos, camino en el cual también se encontró con lxs hermanxs Ramírez. Además fue importante que le diera un espacio a mencionar quién era su tío José Luis más allá del evento por el que se está realizando el juicio. Por otra parte pudimos escuchar el testimonio de Torriani, cuyas palabras fueron más breves y sintéticas y se encuadraron en la incertidumbre de lo que sucedía con las órdenes que daba la policía o el partido de Almirante Brown.

Rafart había esperado 45 años para pronunciar estas palabras ante los jueces, Torriani no mencionó nada al respecto, sin embargo al poder ver la audiencia se puede pensar que de no haber existido este espacio, tal vez estas dos voces no se hubieran encontrado, incluso Rafart comentó que en algún momento supo el nombre de los dos dueños de la funeraria, pero que los perdió cuando se inundó su casa en el 2013, así que con el encuentro de estos dos testigos se pueden seguir encadenando momentos de estos hechos.

 


 

 



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