El 19 de noviembre La Plata cumple 142 años y en #Investiga nos preguntamos ¿Qué había en el Paseo del Bosque antes de la fundación?

    Emplazado en el mítico Bosque platense, el sitio arqueológico Iraola es un testimonio material de la historia de La Plata, que ilustra la transformación de un espacio rural en un espacio urbano, y la relación entre el desarrollo de la ciudad y la vida de sus habitantes. ¿Qué había allí y cómo era aquel paisaje antes de la fundación de la ciudad? Esa fue la pregunta que la arqueóloga Ana Igareta, investigadora de la División Arqueología del Museo de La Plata, intentó responder hace casi 25 años, y que hoy vuelve a estar en el tapete en la zona que abarca  el Paseo del Bosque, ya que el Observatorio Astronómico local está en proceso de patrimonialización y puesta en valor de sus edificios y su espacio histórico.

    La Plata, ciudad moderna

    La Plata fue concebida como una ciudad nueva, y se la suele imaginar como una urbe construida de cero en acuerdo a ideales iluministas de orden, progreso e higiene. La planificación de la ciudad remite a la “Generación del 80”, y el mito fundacional relata que en menos de cuatro años fue levantada sobre la planicie desierta de esta parte de la pampa bonaerense. En realidad, la ciudad fue erigida sobre la historia de los antiguos habitantes de la región.  “Nuestro trabajo comprobó que había todo un sistema previo de construcciones y comunicaciones y que probablemente por eso se eligió el lugar para fundarla”, explica Igareta. 

    En particular, el icónico Bosque platense se ubica sobre la antigua Estancia Iraola, que se extendía desde Ensenada unos 30 años antes de la fundación de la ciudad capital. El casco de la estancia se ubicaba en los límites entre La Plata y Ensenada, y a su alrededor había ranchos, pabellones, hornos, corrales y otras dependencias. 

    Cronología de una ciudad

    Las edificaciones de la antigua estancia fueron destruidas durante las tres décadas siguientes a la fundación hasta no dejar restos a la vista, e incluso la memoria documental de la propiedad también fue desapareciendo, aunque según Igareta,  podría haber aún documentación en manos de las familias Pereyra o la Iraola. Compartimos aquí una lista de los principales sucesos que fueron gradualmente desapareciendo u ocultando las huellas del pasado del lugar.

    Línea de Tiempo del Sitio Iraola

    1857: José Gerónimo Iraola adquiere un extenso terreno frente al Río de la Plata, que anteriormente pertenecía a la familia López de Osornio. Construye allí la Estancia Iraola, un establecimiento ganadero que incluye una vivienda de importantes dimensiones donde se instala su familia. La residencia contaba con un jardín parquizado con especies exóticas, algo muy propio de la clase acomodada de la época.

    1880: El Dr. Dardo Rocha es designado gobernador de la Provincia de Buenos Aires y le encarga a una comisión de notables que estudien sitios para la fundación de la nueva capital, La Plata. Finalmente entre varias posibilidades se eligen los terrenos ubicados al sur de Tolosa y frente a las lomas de Ensenada.

    1882: Se funda la ciudad de La Plata. La Estancia Iraola fue expropiada por el gobierno provincial y la familia fue indemnizada por los bienes, incluyendo los casi 100 mil árboles que habían plantado. Se respetan 250 hectáreas de la arboleda para formar el Paseo del Bosque, un espacio verde central en la nueva ciudad. 

    1883: Se inaugura el Observatorio de La Plata. Su construcción fue proyectada e integrada al diseño de la ciudad de La Plata. En sus orígenes, los aportes del Observatorio se centraron principalmente en prestar el servicio meteorológico, brindar la hora a la ciudad y realizar el relevamiento geodésico de la provincia de Buenos Aires. A fines del siglo XIX, el Observatorio de La Plata contaba con dos telescopios que se encontraban entre los más grandes del hemisferio sur. Más tarde, fue equipado con varios instrumentos para la astronomía de posición que se utilizaron para catalogar miles de estrellas del hemisferio sur y descubrir cometas y asteroides.

    Frasco de píldoras de Bristol´s Sarsaparilla (escrito así, con ese y una r de menos) recuperado de uno de los pozos de basura de la Estancia. La zarzaparrilla es un arbusto originario del Viejo Mundo. Sus raíces se utilizan hace siglos en farmacia y medicina y sus frutos en la preparación de venenos. Durante los siglos XVI y XVII se la consumió como tratamiento para enfermedades venéreas y al iniciarse la revolución industrial se convirtió en el ingrediente principal de tónicos y purgantes. A fines del siglo XIX pasó a ser utilizada como diurético.

    Llave “de esqueleto” de hierro forjada a mano hallada durante los trabajos de prospección en el Bosque. Este tipo de llave de “cabeza” grande y cuerpo largo y fino fueron muy populares en Europa y América durante el siglo XIX, aunque se utilizaban en cerraduras genéricas que virtualmente podrían recibir cualquier llave. Por lo general las piezas de hierro se usaban en dependencias de servicio mientras que en las dependencias principales se usabana llaves de bronce.

    Finales del siglo XIX – principios del siglo XX: Aunque muchas de sus dependencias van desapareciendo, la casa principal de la estancia se mantiene en pie a pesar de la expansión urbana, teniendo variados usos que incluyeron el primer cuartel de policía de la ciudad y la primera oficina del telégrafo. El Paseo del Bosque experimenta cambios, con la construcción de edificios públicos, la introducción del ferrocarril y la cesión de terrenos a instituciones y particulares.

    1905: Se destinan 18 hectáreas del Paseo del Bosque a la Universidad Nacional de La Plata, para la construcción del Colegio Nacional, el Instituto de Física y el campo de Deportes.

    1906: Se asignan 17 hectáreas para la construcción del Jardín Zoológico.

    1911. La casa que perteneció a la familia Iraola es demolida. Los diarios de la época apenas registran la noticia y sólo uno menciona las dificultades implicadas en tirar abajo un edificio tan sólido que sus muros debieron ser encadenados para tirar de ellos con caballos.

    1928: Se construyen las instalaciones del “Club Gimnasia y Esgrima de La Plata” en el sitio antes ocupado por parte de las dependencias de la casa principal, pero que ya no estaban en pie, lo que indica la creciente urbanización de la zona.

    2000-2001: Se realiza un estudio arqueológico en el sitio Iraola. Mediante la apertura de sondeos y cuadrículas se identifica en el terreno la ubicación de varios de los edificios que pertenecieron a la antigua estancia, incluyendo la casa principal. Además, las excavaciones permiten recuperar un variado conjunto de objetos que permiten reconstruir algunos aspectos de su vida cotidiana.

    Actualidad: El sitio Iraola forma parte del tejido urbano de La Plata y se encuentra dividido en cuatro cuadrantes por las avenidas Iraola y Centenario. 70 hectáreas restantes de las 250 originales.

    Una muestra de las herramientas de hierro que fueron descartadas en uno de los pozos de basura de la Estancia. Todas presentan huellas de un uso intensivo que desgastó el material y obhligó, en algunos casos, a la realización de retoques para refuncionalizarlas y permitir que continuaran siendo empleadas hasta el momento de su descarte definitivo.

    Historia de una investigación

    Ante la falta de planos o de señalización, al comenzar la investigación, Igareta revisó toda la información documental y gráfica (planos, mapas, fotografías) que pudiera dar pistas de los lugares precisos donde orientar la búsqueda. Quería evitar las excavaciones innecesarias a lo largo y ancho del predio. Posteriormente, orientada por algunos signos como las hileras de árboles añosos, exploró el terreno en busca de signos. Así, justo entre las instalaciones del Club Gimnasia y Esgrima de La Plata y el monumento a Artigas, la investigadora pudo identificar 18 montículos irregulares, que contrastaban con el resto del terreno, muy llano. “El sondeo de los montículos reveló que estaban conformados por escombros, y entre los fragmentos de ladrillos y baldosas comenzaron a aparecer otras piezas arqueológicas que indicaban que habían formado parte de una construcción de mediados del siglo XIX” relata la investigadora.

    Para confirmar que se trataba de un punto de interés histórico, se consultó a profesionales del Laboratorio de Etnobotánica  y Botánica Aplicada de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la UNLP, quienes analizaron muestras de la cubierta vegetal y aportaron información sobre la época de plantado. “Pudieron comprobar que la vegetación del sitio tenía ejemplares exóticos que excedían por varias décadas la antigüedad de la ciudad y también otros muy jóvenes, probablemente plantados en momentos más recientes”, explica Igareta. 

    Una muestra de botellas, frascos y copas de vidrio recuperadas durante las exxcavaciones realizadas en el sitio Estancia Iraola. En conjunto, estas y otras piezas dan cuenta de los hábitos y conductas de consumo de los distintos grupos de individuos que habitaban la estancia, permitiendo por ejemplo identificar las utilización de ciertos medicamentos contra enfermedades pulmonares o la preferencia por algunas bebidas alcoholicas.

    No es oro, es basura

    ¿Qué hallazgos del pasado ocultaba el arbolado predio? Rastrillajes y excavaciones en el Planetario de la UNLP: se trataba de sitios de desecho de los antiguos pobladores. 

    Así, diverso material arqueológico fue recuperado.: “vajilla mayólica del siglo XVII, piezas de loza y porcelana del siglo XIX, varios objetos de hierro, huesos de animales, botellas de vidrio, botones y elementos de cerámica, entre otros, que actualmente forman parte del acervo del Museo de la Plata”, según enumera Igareta.

    Posteriormente, usando dispositivos semejantes a los detectores de metales, pudieron identificar los recorridos de las antiguas cañerías, generando un mapa de la zona que permitió optimizar la estrategia de posteriores excavaciones. 

    Combinando la investigación arqueológica con la revisión de fuentes documentales, Igareta logró obtener un primer conocimiento más completo del sitio, y así reconstruir la secuencia de eventos que llevaron a la transformación del lugar, contribuyendo a la comprensión de la historia de La Plata y su desarrollo. El sitio Iraola continúa siendo objeto de estudio, ya que no todos los interrogantes han sido develados, pero fue en esta primera exploración donde la arqueología apareció para cuestionar la narrativa fundacional de la ciudad y desenterrar -literalmente- a los protagonistas ocultos de la historia: los antiguos pobladores.

    Una de las pocas fotografías que existen de la vivienda principal de la Estancia Iraola, tomada luego de la fundación de La Plata.

    Una muestra de los diferentes tipos de vajilla utilizados por los diferentes habitantes de la Estancia. Piezas de cerámica criolla vidriada y sin vidriar, de producción local; loza barata de origen inglés y fina porcelana de igual origen, fabricada para un vendedor de Buenos Aires.

    A punta de georadar

    Fragmento de una lámpara de cristal hallada en uno de los pozos de basura del sitio y fragmento de una baldosa cerámica recuperada durante los trabajos de sondeo realizados en el terreno ubicado en las inmediaciones del monumento a Artigas. Ambos fragmentos tienen rasgos en común con elementos presentes en el retrato de Gerónimo Iraola realizado por Prilidiano Pueyrredón. Es un cuadro de enormes dimensiones que, como todos los cuadros de Pueyrredón, presenta una interesante cantidad de detalles alrededor de la figura retratada. 

    Una de las primeras mensuras del terreno del actual Bosque de La Plata que muestra la ubicación de los recién construidos Museo y Observatorio con respecto a las dependencias de la Estancia Iraola, que aún se hallaba en pie.

    Ana Igareta y Santiago Perdomo se conocieron a raíz de una muestra organizada en 2024 por la Facultad de Ciencias Naturales y Museo, que tuvo lugar en la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas.  Perdomo -geofìsico y actual vice-decano de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas-, fue quien propuso a Igareta aplicar nuevas tecnologías en el sitio para confirmar sus investigaciones. Se utilizaron dos técnicas de prospección geofísica, una sonda electromagnética y un georradar (GPR, por sus siglas en inglés Ground Penetrating Radar). Esta tecnología de prospección que no estaba disponible en la época en que la arqueóloga realizó las excavaciones, permite estudiar la composición del subsuelo y detectar materiales enterrados a través de la emisión de un pulso electromagnético, similar al que utilizan los radares y sonares en el mar, sin disturbar la superficie, y por ende protegiendo el patrimonio arqueológico enterrado. Así, junto a sus alumnos del posgrado de Arqueometría, Perdomo realizó una práctica de campo con esta técnica no invasiva que confirma los hallazgos de la arqueóloga, mostrando que los sitios puntuales excavados 25 años atrás eran parte de una estructura mayor que hoy yace bajo el asfalto: los cimientos de la antigua edificación.

    Cabe mencionar que este trabajo interdisciplinar entre profesionales de las dos Facultades está enmarcado en un proyecto de reconocimiento y puesta en valor del patrimonio histórico de la ciudad, que apunta a posicionar al Observatorio como Monumento Histórico Nacional.

    El relato en voz propia de toda la investigación original sobre el sitio Iraola puede encontrarse en las charlas brindadas por Ana Igareta en el Planetario de la UNLP.

    “Vida privada a la basura: arqueología de la Estancia Iraola en el Obervatorio de La Plata” https://www.youtube.com/watch?v=ruBVLX2eG4Q

    “ El Observatorio antes del Observatorio”  https://www.youtube.com/watch?v=2u3-hdWRjA8

    Radargrama: En esta imagen del subsuelo se pueden identificar dos grandes anomalías que indicarían la presencia de cimientos debajo del asfalto. Estas anomalías se correlacionan con la zona excavada e indicarían que los restos de la estancia todavía están enterrados.

    Perdomo y equipo explorando el sitio Iraola.