Reducir el impacto de la producción forestal sobre el medioambiente, es uno de los grandes desafíos: ¿es posible la convivencia entre las plantas nativas y las especies implantadas con fines comerciales? La respuesta a esa pregunta la da un equipo de investigadores de la Universidad Nacional de La Plata que desarrolla su trabajo de investigación en la provincia de Misiones.
Diversos estudios informan que especies nativas pueden coexistir con las plantaciones forestales, sobre todo en aquellas vinculadas a la producción de madera para aserrado, ya que se manejan con una distribución de los árboles con un mayor espaciamiento y pasan más años hasta el momento de la cosecha que las plantaciones cuyo objetivo es la producción de pulpa para papel.
En la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales estudian el crecimiento de árboles que se establecieron espontáneamente debajo del dosel de plantaciones. Esto contribuye a entender procesos ecológicos en ecosistemas forestales diversos y por ello complejos, y aportan información para el desarrollo de prácticas silviculturales para que las plantaciones puedan proveer diferentes bienes y servicios.
En este sentido la Dra. Micaela Medina, una de las investigadoras que lleva a cabo la iniciativa explicó que “en el Bosque Atlántico semideciduo de Misiones, la degradación, la fragmentación y el aislamiento de remanentes boscosos son las principales amenazas para la conservación de la biodiversidad. Especialmente los bosques nativos con araucarias en los que la mayoría de las especies maderables, de alto valor económico, se extrajeron”.
Misiones es una de las provincias con mayor superficie de plantaciones de especies exóticas como, es el caso de pinos y eucaliptos, pero también existen plantaciones de la especie nativa Araucaria angustifolia (araucaria, pino paraná) principalmente plantada para la producción de madera para aserrado. En el caso de araucaria angustifolia al ser una especie nativa de la que se conocen muchos aspectos de su biología y cultivo, la convierte en un recurso potencial para ser utilizada en proyectos de restauración del bosque nativo además de la producción de madera, agregó la investigadora.
Los trabajos se desarrollan en el Laboratorio de Investigación de Sistemas Ecológicos y Ambientales (LISEA- Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales– Facultad de Ciencias Naturales y Museo) y dan cuenta que el modo en que se maneja la plantación influye en la cantidad de árboles nativos que se establecen en su interior así como la diversidad de especies.
Los árboles nativos que crecen en las plantaciones conforman un ambiente adecuado para la alimentación y refugio de muchas especies de la fauna local contribuyendo así con la conservación de la diversidad, por ejemplo, pueden funcionar como perchas favoreciendo la dispersión de semillas por parte de animales frugívoros.


Una buena noticia
En un estudio reciente se evaluó el efecto de la edad, el tamaño de los árboles, la cantidad por hectárea y el tiempo desde el último raleo sobre el crecimiento de ejemplares jóvenes de especies nativas de la selva misionera que se establecieron espontáneamente bajo el dosel de las plantaciones de araucaria existentes en el Campo Anexo Manuel Belgrano del INTA, ubicado en la localidad de San Antonio, Misiones.
Se midió el crecimiento de 280 árboles nativos jóvenes distribuidos en 22 especies durante dos años. Como resultado se obtuvo que estos árboles crecieron menos cuando la edad de la plantación fue mayor.
Es interesante notar que las especies que tienen maderas más livianas son las que menos crecieron en las plantaciones de mayor edad, y que el crecimiento fue mayor si las hojas eran ricas en fósforo y potasio, dos minerales indispensables para el crecimiento de las plantas.
Estos resultados indican que las especies arbóreas establecidas espontáneamente debajo del dosel de las plantaciones forestales de araucaria pueden sobrevivir y crecer, y su desarrollo depende tanto de características de la plantación, edad y densidad, como de atributos funcionales de las especies.



