La UNLP restituyó los restos Selk’nam a su comunidad

    La Universidad Nacional de La Plata concretó la restitución a su comunidad originaria de los restos mortales de cuatro personas pertenecientes al pueblo Selk’nam, de la comunidad Rafaela Ishton de Tierra del Fuego, que eran conservados desde hace más de cien años por el Museo de la UNLP.

    La devolución de restos humanos conservados en el Museo de La Plata forma parte de una política de reparación histórica que esta institución impulsa con otros actores, y que constituye una reivindicación de los derechos de los pueblos originarios.

    El presidente de la UNLP, Raúl Perdomo, participó del acto de restitución que tuvo lugar precisamente en la jornada en que se conmemora el Día del Aborigen Americano. A la ceremonia asistió Rubén Maldonado, referente de la Comunidad Rafaela Ishton de Tierra del Fuego, acompañado de su mujer e hijos. También encabezó el acto la Directora del Museo, Silvia Ametrano, el decano de la Facultad de Ciencias Naturales, Ricardo Etcheverry, y el vicepresidente del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), Gustavo Peters.

    Los restos, 4 urnas con 2 esqueletos semi completos (uno pertenece a Sekrïot, líder del pueblo Selk’nam que fue fusilado en 1897 por un pelotón de policías a cargo el comisario Ramón Cortés), viajarán a Tierra del Fuego y serán conservados en un mausoleo. Habían sido desenterrados por el primer gobernador de Tierra del Fuego, teniente Coronel Godoy y donados al fundador del Museo Francisco Pascasio Moreno.  

    La restitución, una reparación histórica

    La devolución de restos humanos conservados en el Museo de La Plata forma parte de una política de reparación histórica que esta institución impulsa con otros actores y que constituye una reivindicación de los derechos de los pueblos originarios.

    Esencialmente, estos procesos son el resultado de una serie de debates complejos, basados en la aplicación del Código de Deontología para Museos del ICOM, que indica que un museo debe “responder con diligencia, respeto y sensibilidad a las peticiones formuladas por las comunidades de las que proceden restos humanos” para que sean retirados de la exposición al público, sugiriendo una respuesta igual ante las peticiones de devolución con políticas que establezcan claramente el procedimiento de respuesta para esos reclamos.

    A su vez, las restituciones se encuentran amparadas por la Ley 25.517 sancionada en el año 2001, que explica en su artículo primero que “los restos mortales de aborígenes, cualquiera fuera su característica étnica, que formen parte de museos y/o colecciones públicas o privadas, deberán ser puestos a disposición de los pueblos indígenas y/o comunidades de pertenencia que lo reclamen”.  

    Como resultado de todas estas legislaciones, disposiciones y recomendaciones, el Museo de La Plata fijó en el año 2006 las pautas de un nuevo esquema de tratamiento para los restos humanos que se encuentran en la institución, el retiro de exhibición todos los restos de origen americano, el análisis de los pedidos de restitución de los mismo y el ordenamiento de los depósitos a cargo de la División Antropología.

    No obstante, la complejidad de los factores y actores que participan en los procesos de restitución obligan a que cada caso sea contemplado en forma particular, requiriendo  un análisis individual para concluir en un proceso riguroso y respetuoso.  

    Silvia Ametrano, Directora del Museo de La Plata indicó que “la restitución no sólo habla de devolver aquello que no tuvo ningún consentimiento para tenerlo, sino que también intenta, de esa manera, reparar ese hecho”.

    “Hoy, a nadie le sorprende que se deba pedir permiso para poder, por ejemplo, hacer un estudio arqueológico que tenga impacto sobre una comunidad indígena o exhibir sus imágenes. Ese concepto del consentimiento y de su aceptación sirve para abordar un tema de interés para la comunidad indígena, y es la esencia más fuerte que da sostén a las prácticas y a las normas jurídicas, que, de un modo u otro tienen que ver con este aprobación que no estuvo durante largo tiempo y que hoy si tiene que existir”, destacó Ametrano.

    A su vez, Marina Sardi, investigadora de la División Antropología del Museo, destacó que “las restituciones pusieron en evidencia que estos restos, que estaban desconectados de su comunidad de origen y guardados en el Museo ahora son restos humanos, son personas.”

    “Para la comunidad implica un cambio en su identidad, significa participar de ese pasado con un discurso actualizado y en ese sentido, creo que la restitución tiene un gran valor y es algo que debemos rescatar como un hecho para toda la sociedad, no solo para los pueblos originarios”, expresó la antropóloga.

    El caso de los restos de cuatro individuos que serán restituidos este martes, es un claro ejemplo de la voluntad institucional fuertemente comprometida con las sugerencias éticas, y constituye el cierre de un ciclo que comenzó en el año 2010 a partir de una solicitud formal presentada por la Comunidad Rafaela Ishton, del Pueblo Selk´nam (Ona) de Tierra del Fuego.

    Entre los individuos que volverán a su tierra figuran los restos de Capello –o Sekrïot-, un miembro de la etnia Selk’nam fusilado a fines del siglo XIX, que llegó al Museo de La Plata mediante una donación efectuada por el gobernador del territorio en aquella época.

    Capello, el nombre en español de Sekrïot, se debe a José María Beauvoir, un sacerdote italiano que recorrió la Patagonia que lo describió  como líder de la tribu sur, compuesta en aquel momento por 275 personas.

    Los restos de los otros tres individuos, sin identificación precisa pero que pertenecen a la misma etnia, también serán devueltos a los reclamantes, en este caso la Comunidad Rafaela Ishton, la única registrada ante el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, INAI.