A casi seis años de su desaparición, fue identificado el cuerpo de Luciano Arruga. Un acontecimiento muy doloroso que pone fin a un tiempo de búsqueda inquebrantable, sostenido principalmente por sus familiares. No obstante, este momento nos coloca como sociedad en un plano de profundización de la lucha y de los reclamos por justicia, frente a la violencia institucional a la que fue sometido el propio Luciano, y luego durante estos años, toda su familia. Una violencia que una y otra vez parece desplegarse sobre los mismos cuerpos, los cuerpos de nuestros jóvenes pobres, morochos, susceptibles de ser torturados, maltratados, invisibilizados y hasta enterrados como NN sin que nada de la responsabilidad estatal se inmute, más bien ocurrió todo lo contrario: primó la lógica de desidia casi absoluta.
Desde la Universidad Nacional de La Plata nos solidarizamos con la familia de Luciano en este momento tan difícil. El hallazgo del cuerpo les permite obtener algo de justicia y reconocimiento, pero la lucha contra la impunidad permanece y debemos fortalecerla.
Desde la responsabilidad que nos cabe como Universidad Pública, continuaremos acompañando este y todos los procesos reivindicativos en pos de construir una sociedad más democrática, justa e igualitaria para todos, denunciando a los responsables de cometer estos gravísimos delitos que lesionan el tejido social y que marcan un punto de inflexión a 30 años de Democracia.
