“La Noche de los Lápices es y será el episodio más conocido de toda la represión ilegal de la dictadura”

    Autor de los libros “La Cara Oculta de la Iglesia” y “Jueces y Periodistas: cómo se Informa y cómo se Juzga”, entre otros trabajos, Ruiz Nuñez es además Doctor en Economía por la Universidad de Harvard, Estados Unidos.
    Profesor de postgrado en la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires y de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, es Director del Centro de Estudios Superiores de Periodismo de Investigación.
    Ha dictado cursos y conferencias sobre prensa, justicia y derecho en diversos ámbitos judiciales y asociaciones profesionales. Columnista en temas políticos y judiciales en distintos medios de Argentina y del exterior.

    ¿Cuál fue su interés inicial para investigar La Noche de los Lápices?
    Había quedado muy impactado cuando leí sobre el caso, especialmente la declaración de Pablo Díaz ante el tribunal federal, en una publicación que aparecía en ese tiempo, el “Diario del Juicio a las Juntas”,  así que cuando María Seoane me invitó a acompañarla en la producción de un libro sobre el hecho, no lo dudé.

    ¿Cómo fue el proceso de investigación para la elaboración del libro?
    María Seoane se ocupó de reconstruir la historia de cada uno de los chicos, desde sus nacimientos hasta sus secuestros; para eso tuvo innumerables reuniones con miembros de sus familias. A mí me tocó investigar y elaborar todo lo relacionado con sus captores, torturadores y asesinos, y los organismos represores que actuaron.

    ¿Cuáles fueron las principales dificultades?
    Como puede presumirse, hubo menos facilidad de acceso a datos sobre los represores; más aún porque en ese tiempo no se había compilado tanta información sobre la dictadura como existe hoy.

    ¿De qué manera podría describir a los jóvenes que fueron  víctimas de la Noche de los Lápices?
    Cada uno era diferente al otro, por eso nos gustó que, en algunas ilustraciones, se los representara como lápices de distinto tipo y color. Algunos ya tenían el perfil y la dialéctica de un militante adulto, otros se habían sumado a la lucha simplemente por el espíritu de cambio y bronca frente a la injusticia, rasgos típicos de los adolescentes con inquietudes.

    ¿Cuál cree que fue el principal aporte de su libro, en ese momento, con respecto al debate sobre la dictadura y el terrorismo de Estado?
    El libro apareció en abril de 1986 y la película en setiembre de ese año.  Creo que ambos significaron un renovado e importante  impulso al reclamo de investigación total y condena para los represores.

    En estos años ha habido algunas voces críticasen relación a la forma en que la película La Noche de los Lápices retrató a los estudiantes, por vincular centralmente los secuestros de los estudiantes al reclamo por el boleto estudiantil,  por minimizar su militancia y participación en organizaciones políticas, o por ignorar la historia de algunos estudiantes secuestrados que luego sobrevivieron. ¿Cuál es su opinión?
    Es cierto que la película (en alguna medida también el libro) no destaca la militancia activa en organizaciones políticas de algunos de los chicos. En mi opinión no fue el resultado de una decisión deliberada o conspirativa; creo que los productores de la película prefirieron, en búsqueda de efecto fácil, remarcar la desmesura de la reacción represora frente a un hecho tan menor como las movilizaciones por el boleto estudiantil. Cabe también marcar distinciones en relación al grado de militancia de cada uno de los chicos; por caso, no hay comparación entre un cuadro político de acción combativa como María Clara Ciocchini y el despertar a la militancia, casi ingenuo, de Francisco López Muntaner. En cuanto a “ignorar” la historia de otros estudiantes secuestrados en los mismos días, y que sobrevivieron, en verdad fueron ellos los que prefirieron no presentarse y declarar cuando se realizó el juicio a las Juntas, y eso redujo su figuración en el libro. En cuanto a la película, supongo que mencionarlos hubiera significado un colateral que los guionistas prefirieron suprimir.

    ¿Cuál es su mirada, hoy, a 35 años, sobre el significado de La Noche de los Lápices?
    Estoy convencido de que La Noche de los Lápices es y será el episodio más conocido de toda la represión ilegal de la dictadura, especialmente entre la gente común. El libro y, especialmente, la película tienen mucho que ver para que asumiera esta condición, pero además, si se profundiza el análisis, los casos de tortura y asesinato de adultos provocan menos impacto y, en muchos, convocan el amoral inconsciente social de “en algo andarían”. En cuanto al robo de bebés, el hecho de que los represores los dieran en adopción suprime los ingredientes sangrientos. La tortura, violación y asesinato de adolescentes, descriptos en todos sus detalles, provoca una fuerte y natural indignación.