En cuanto al logo, se eligió un «nomeolvides», flor que tiene el mismo significado en todo el mundo y que guarda una simbología muy particular tanto en su forma como en los colores adoptados.
Para su diseño, se consideró que deben estar presentes el pasado, el presente y el futuro de Armenia. El pasado está presente en el círculo central negro de la flor, que remite a la tragedia. Los cinco pétalos violetas representan los cinco continentes por los que se dispersaron los armenios tras el genocidio. Su color es tradicionalmente asociado a la identidad armenia –en particular- a la Iglesia Armenia y representa el futuro. Los rayos lilas que salen del círculo central representan el presente y una idea unificada. La corona amarilla que rodea el círculo central negro, representa los doce bloques que conforman el monumento de Dzidzernagapert y su color se debe a la luz del sol.