Flauta longitudinal con canal de insuflación (421.221.12). Es el instrumento más popular entre los vascos. Estos lo consideran como un símbolo de su raza, pese a existir en la región otros instrumentos típicos. Prácticamente no falta en ninguna fiesta y se lo halla en cualquier lugar del mundo donde se encuentren representantes del Euzkadi (país vasco). Por transferencia el ejecutante o txistulari es un personaje de gran importancia en la vida social de este pueblo.
Su cuerpo, externamente fusiforme, está realizado en ébano o maderas frutales, a los que se agregan en la actualidad materiales sintéticos. El tubo es cilindrico y de diámetro estrecho, lo que acústicamente permite reproducir una escala cromática con sus tres orificios de digitación, dos anteriores y uno posterior. Estos se ubican en el extremo distal y se obturan con índice, mayor y pulgar de la mano izquierda, el anular se introduce en una anilla soldada en una de las virolas inferiores y ayuda a sostener el instrumento. Estas virolas, la embocadura y una lámina que se aplica al bisel son construidas en metal.
El txistu siempre es acompañado por un tamboril, membranófono de dos parches suspendido del hombro izquierdo del txistulari. Este lo percute con un palillo en su mano derecha. El repertorio cubre varios géneros, destacándose la música para danza: aurresku, ezpatadantza, suletina, etc. L. 42 x 0 del tubo 1,5 cm. Donación, Departamento de Cultura y Turismo del Gobierno Vasco a través de la Asociación de Amigos del Museo «Dr. Emilio Azzarini», 1989. IM 712.