La dictadura cívico militar no pudo apagar ni desaparecer la conciencia

Para los trabajadores no-docentes de la UNLP, los procedimientos de la dictadura genocida cívico militar comenzaron antes del 24 de marzo de 1976, ya que el 8 de octubre de 1974 fueron asesinados Rodolfo “Turco” Achem y Carlos Miguel, por la Triple A, y el 6 de marzo de 1975 un nutrido grupo de hombres invadieron nuestra sede gremial, ocupando y designando un interventor.
En ese momento se encontraban algunos compañeros, entre ellos los miembros de la Comisión Directiva, Jorge Rubén “Ruso” Orife y Héctor Raúl Pettirossi. Previendo provocaciones o alguna agresión, estaban presentes la menor cantidad de compañeros posibles.
Antes de abandonar la sede, nuestro Secretario General, Ernesto “Semilla” Ramírez, dijo:

“Podrán ocupar y destruir este edificio, esta casa que más tarde o más temprano se recupera y se reconstruye. Pero lo que no podrán apagar ni hacer desaparecer es el ATULP hecho conciencia que llevamos adentro de cada uno de nosotros”.

Y tenía razón el compañero: la conciencia de lucha que habían desarrollados los trabajadores de ATULP, junto a los estudiantes y docentes, era muy fuerte, contundente, esclarecedora y peligrosa, ya que además en nuestra casa se juntaban compañeros de distintos gremios y sectores de la región a debatir políticamente cómo forjar una Patria más libre, más justa y más soberana.
Por eso no resulta casual que el 51,2 por ciento de los compañeros desaparecidos, según datos de la CONADEP, fueran obreros y estudiantes, porque la dictadura genocida defendía valores de una civilización occidental y cristiana que según su visión consideraba inaceptable la organización y militancia de los trabajadores.

Coartar la lucha

El golpe cívico militar genocida, que el 24 de marzo de 1976 dio comienzo a la dictadura más sangrienta que sufrimos los argentinos, significó para los trabajadores no-docentes la aplicación de todo mecanismo de destrucción para coartar la generación de conciencia de lucha.
Los trabajadores de la Universidad sufrimos compañeros desaparecidos, asesinados, perseguidos y cesanteados, lo mismo que la nefasta dictadura hizo con parte de la sociedad en su conjunto.

Pero aparecen las enseñanzas, como el aprendizaje de generación de conciencia que supo transmitir “Semilla” Ramírez, y fueron 400 los compañeros que siguieron afiliados y resistieron el embate de la dictadura, mientras que otros se fueron acercando en silencio con la firme idea de recuperación.

Unicos dueños

Al fin, el 13 de Julio de 1983 la intervención del Ministerio de Trabajo de la Nación devolvió a sus únicos dueños, los afiliados de ATULP, el edificio de nuestro querido gremio. Para tal fin se creó una Comisión Transitoria integrada por los compañeros:

GENCHI, Francisco
CASSATA, Mauricio
ALONSO, Angel Edmundo
DUARTE, Daniel Gabriel
RODRIGUEZ, Pedro

En democracia, nuestro sindicato trabaja democráticamente respetando su estatuto, realizando elecciones de autoridades con la participación de todos los compañeros afiliados a través del voto, asambleas y plenarios de delegados.
En la actualidad, no podemos dejar de resaltar el logro de la participación con voz y voto en todos los estamentos de la Universidad, conquista que costó años de lucha de todos los trabajadores afiliados a ATULP.
Con el modelo de país que lleva adelante este gobierno nacional y popular, con inclusión social y dignidad laboral, volvemos a tomar conciencia de la enseñanza que nos dejó el más grande dirigente que dio ATULP, Ernesto “Semilla” Ramírez, ya que la militancia es la garantía de que los derechos de los trabajadores sean defendidos con compromiso y pertenencia a través de la herramienta, que es nuestro gremio.