A 30 años de Malvinas. Carta a los Universitarios

Aclaración I
Hace unos años, en ocasión de un debate en el Ministerio de Defensa de la Nación organizado por la entonces Ministra Nilda Garré y su Jefe de Comunicaciones Jorge Luis Bernetti, tuve la oportunidad de reflexionar sobre la situación histórica y actualizada de la relación de los ex soldados combatientes de la Guerra de Malvinas con la sociedad en general y las Fuerzas Armadas en particular.
Hoy, ante la convocatoria de la Universidad Nacional de La Plata para reflexionar sobre la significación en torno al 2 de abril y la Guerra de hace 30 años, retomo aquel tono, apelatorio, pues también en la Universidad Nacional de La Plata siguen existiendo condiciones insuficientes para la memoria, la justicia y el reconocimiento de lo que sucedió en nuestro país, en aquella Nación, en aquellos 74 días de 1982 y en toda la posguerra.

Aclaración II
Parafraseo la magnífica escritura del ex combatiente de Vietnam Tim O`Brien, en su libro Las cosas que llevaban: los que vuelven de la guerra no son señoritos de buenos modales, los que vuelven de la guerra huelen mal, putean y pueden cometer delitos personales tan tremendos como cualquier otro ciudadano. Los ex soldados conscriptos de Malvinas no hemos sido la excepción, ni hemos tenido la oportunidad para corregir al novelista. Como comprenderán no vengo aquí como paradigma de esto. Mi experiencia fue contenida por mi familia, por los amigos, por los compañeros y aún por los adversarios. Vengo aquí para aportar una reflexión que intente traer las voces de los que no han podido llegar o de los que no pueden reconocer su propio derecho a hablar.

Entrada
A pesar de que siento que la UNLP es mi casa en lo académico, en lo cultural, lo político y mucho de lo cotidiano, también es cierto que esta situación personal no lo ha sido en función de ser ex soldado "colimba" en la guerra de Malvinas y, por supuesto, no la puedo extender al conjunto de los compañeros, salvo a los contados que como yo han logrado insertarse desde cada historia personal y familiar en los estudios superiores universitarios.
Por todo esto, en primer lugar, hoy, aquí, no puedo entrar solo.
Que empiecen a entrar conmigo todos los compañeros.
Que no tengan miedo, que hoy empezamos a poder.
A 30 años, recién hoy empezamos a poder.

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