Dardo Rocha

    Dardo Rocha, como muchos de los protagonistas de la historia argentina, supo combinar con eficacia y pasión una gran cantidad de actividades, que hoy pueden parecer disímiles, pero que eran moneda corriente a fines del siglo XIX. Nació en Buenos Aires el 1º de setiembre de 1838, luchó en frentes de batalla y fue abogado, político, docente, periodista y diplomático.

    ¿Cómo ponerse al frente, con los medios disponibles a fines del siglo XIX, de la tarea de construir una ciudad con edificios monumentales, pensada para ser perfecta?

    Es muy conocido su rol como fundador de la ciudad de La Plata, en 1882, cuando luego de la federalización de la ciudad de Buenos Aires, la Provincia necesitaba una capital y se proyectó su construcción. En Rocha, su ambición y su capacidad de gestión quedaron plasmadas al concretar ese inmenso desafío sobre el que muchos hombres de la época, entre ellos Sarmiento, auguraban estrepitosos fracasos.

    Claro exponente de la generación del ‘80, formó parte de la elite dirigente que definió la organización del Estado nacional bajo el lema “orden y progreso”. Una época marcada por el auge del positivismo, en la que el progreso también estaba dado por la ciencia.

    En ese sentido, un hombre como él no podía quedar indiferente a un fenómeno astronómico que concitaba la atracción mundial: en 1882, científicos europeos estaban atentos al paso del planeta Venus delante del sol. Por entonces gobernador bonaerense, Dardo Rocha aceptó una propuesta del Observatorio de París para colaborar con una misión que llegaría al país para analizar el fenómeno. Rendido ante la seducción de ese desafío, comenzó entonces la construcción del Observatorio, inaugurado en 1884, cuyo edificio es hoy sede de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas.

    Las malas condiciones climáticas impidieron aquellos días la observación citada; el clima ya le había jugado una mala pasada a Dardo Rocha cuando el intenso calor se ensañó con el asado el día de la fundación de La Plata. De todas maneras, la construcción de un observatorio ya estaba en la mente del hombre cuando soñaba con la nueva ciudad y preveía la necesidad de serios relevamientos cartográficos en la provincia.

    También, entre sus primeros encargos, estuvo la construcción del Museo de La Plata, iniciada en octubre de 1884. A través de su gestión, se trasladaron las colecciones de Francisco Pascasio Moreno -quien sería el primer director- desde el Museo Antropológico de Buenos Aires. Hoy, el Museo forma parte de la Universidad Nacional de La Plata y de la Facultad de Ciencias Naturales.

    De barba abundante, gesto bonachón y mirada firme, Dardo Rocha -docente de Derecho Constitucional- fue el primer rector de la Universidad de La Plata. La grave crisis económica de la década del ‘90 había retrasado la puesta en marcha de este proyecto; pero finalmente, en 1897, el gobernador Udaondo designó a la primera Asamblea Universitaria conformada por representantes de cada uno de los institutos integrantes y Rocha fue elegido por unanimidad. Fue en la planta alta del edificio del Banco Hipotecario, avenida 7 entre 47 y 48, donde se realizó el acto de inauguración de los cursos.

    Los celos y las diferencias con el entonces presidente Julio Argentino Roca impidieron lo que para muchos era algo natural: la presidencia de la Nación para Dardo Rocha. La enemistad de Roca fue indisimulable y quedó en evidencia cuando decidió no concurrir a la fundación de la ciudad de La Plata. Cuando todo indicaba que sería el mandatario nacional en 1886, Roca escribió: “… (Rocha) quiere gobernar la república siguiendo la manía de todos los gobernadores de Buenos Aires que no se resignan a su rol de gobernador de una provincia”.
    La carta estaba dirigida a Miguel Angel Juárez Celman, quien finalmente lo sucedió en el cargo. Lo cierto es que, desde entonces, ningún gobernador de Buenos Aires ganó una elección presidencial, y popularmente se cree que eso jamás ocurrirá, como si se tratara de un destino fatal.

    En la ciudad de La Plata, Dardo Rocha vivió en una casona que él mismo ordenó construir y que se terminó en apenas cuarenta días. Abarcaba media cuadra sobre la calle 50 entre 13 y 14, y allí, en una parcela mucho más pequeña que la original, hoy funciona el Museo y Archivo Dardo Rocha.

    Murió en su casa de Buenos Aires, el 6 de septiembre de 1921.