Día Mundial de los Humedales

Humedales del Parque Nacional Iberá

El 2 de febrero de cada año se celebra el “Día Mundial de los Humedales” con el objetivo de crear conciencia acerca de la importancia de los humedales para la humanidad y el planeta. La fecha conmemora la adopción de la Convención sobre los Humedales, suscripta en la ciudad iraní de Ramsar en 1971. Esta surge a partir de reconocer que tanto las aves como las áreas húmedas que constituyen sus hábitats estaban disminuyendo a un ritmo alarmante, lo que motivó el desarrollo de reuniones internacionales entre gobiernos, organizaciones no gubernamentales y científicos para detener este proceso. Las negociaciones dieron lugar a lo que hoy es considerado el tratado ambiental global intergubernamental más antiguo, la “Convención relativa a los humedales de importancia internacional especialmente como hábitat de aves acuáticas”. Este tratado actualmente lo integran 172 partes contratantes, entre las que se encuentra Argentina. La Secretaría de Ambiente y Conservación de los Recursos Naturales de la UNLP comparte el siguiente artículo que expone los beneficios de conservar los humedales, las principales amenazas a las que se encuentran sometidos y la necesidad de contar en Argentina con una legislación que los proteja.

¿Qué perdemos cuando desaparecen humedales?

Nora Gómez1

Los humedales son áreas que permanecen inundados o con suelo saturado con agua de manera permanente o semipermanente. Si bien este término engloba una amplia variedad de ecosistemas, todos los humedales comparten un rasgo esencial “el agua” como un elemento clave que define sus características físicas, químicas, bióticas, incluidas sus relaciones.

La gran extensión de la Argentina y la variedad de climas y relieves determinan la presencia de una importante cantidad y diversidad de humedales, los cuales pueden abarcar grandes extensiones (como el Delta del Paraná, los Esteros del Iberá, zonas costeras estuarinas y marinas, salares, etc.) que brindan numerosos beneficios ecosistémicos; también existen pequeños humedales (como mallines, vegas, barreales, bañados, etc.) de gran importancia local como proveedores de agua dulce y hábitat de una rica diversidad biológica.

Argentina suscribió en 1992 a la convención RAMSAR, contando actualmente con 23 sitios designados como Humedales de Importancia Internacional (sitios Ramsar). Sin embargo, la superficie de humedales en el país se encuentra en retracción año tras años debido a las múltiples amenazas a la que están expuestos estos ambientes. Entre ellas se encuentran el avance de la agricultura, la megaminería, la expansión urbano‐industrial y el desarrollo de emprendimientos urbanos sobre planicies de inundación, sin tener en cuenta criterios de sustentabilidad ambiental, lo cual lleva a un proceso de degradación y en algunos casos a la pérdida irreparable de los humedales. Este escenario conduce inexorablemente al deterioro de los beneficios ecosistémicos que brindan a la sociedad, entre los que se destacan:

  • Moderar los picos de creciente en ríos y arroyos (inundaciones), reteniendo o liberando el agua que fluye en superficie, facilitando la infiltración a los sistemas de agua subterránea.
  • Contribuir a secuestrar sedimentos, nutrientes y otros contaminantes, mejorando así la calidad del agua.
  • Proveer hábitats a una gran diversidad de organismos, suministrando refugio, alimento y zonas de reproducción y cría.
  • Conformar corredores de biodiversidad para la dispersión y movimiento de las especies.
  • Contribuir a fijar carbono, moderando así las concentraciones de dióxido de carbono atmosférico (gas de efecto invernadero).
  • Moderar el clima a nivel local.
  • Proveer fuentes de alimento y materia prima para distintas actividades extractivas y productivas.
  • Brindar beneficios educativos, recreativos y culturales.

La provisión de los beneficios ecosistémicos por parte de los humedales depende de las características de estos (tamaño, cobertura vegetal, contexto del paisaje que los alberga, entre otros). Asimismo, la provisión de estos beneficios dependerá de la integridad del humedal y también del tipo, magnitud, intensidad y frecuencia de las perturbaciones que los afecten. Se trata de ambientes que requieren para su existencia, estar conectados al agua superficial y subsuperficial. Por esta razón no se los puede evaluar de manera aislada, por lo contrario, debe ser abordada de forma integral, comprendiendo que la integridad ecológica de las cuencas es vital para la conservación de muchos humedales. Para ello hay que atender cuatro dimensiones en las que éstas se organizan, lo cual permite a los humedales que dependen de ella cumplir con las múltiples funciones mencionadas precedentemente. Esta organización incluye una dimensión longitudinal (cabecera–desembocadura), una lateral (curso de agua–zona de ribera), otra vertical (agua superficial-agua subsuperficial) y una cuarta dimensión vinculada con la temporalidad, que es variable. Esta última es fundamental entendiendo que las características de los humedales se modifican durante periodos húmedos y secos (Fig.1).

Figura 1: Vinculación de los humedales con el agua superficial y subterránea en las cuencas hidrográficas durante hidroperíodos húmedos y secos. (Modificado de EPA, 2015)

Esta alternancia debe ser considerada al momento de tomar decisiones sobre la planificación del territorio. Por ejemplo, puede suceder que durante hidroperíodos de escasas precipitaciones o secos resulte una tentación avanzar sobre los humedales para destinarlos a usos incompatibles con el mismo, por ejemplo desarrollos inmobiliarios, sin considerar los riesgos en los que se incurre cuando el humedal atraviese por períodos lluviosos. Esto conduce en muchos casos a conflictos socioeconómicos que podrían evitarse, además de atentar con la existencia del humedal, perdiendo así los beneficios que brindan a la sociedad.

Para reconocer los humedales se debe reparar en la humedad del suelo, que se refleja a través de sus características hidromórficas (reconocibles por el color y la micromorfología del suelo), que a su vez condiciona el desarrollo de vegetación acuática y palustre (Fig.2). Sin embargo, la delimitación de los humedales no es sencilla, la complejidad de su configuración espacial y temporal requiere prestar especial atención a los flujos de agua superficial y subterráneo y a las interacciones entre el agua atmosférica, superficial y subterránea, juntamente con las características ecorregionales (Fig 1 y 2).

Figura 2: Características distintivas de los humedales A) Rasgos hidromórficos que se desarrollan en suelos sometidos a la presencia permanente o semipermanente del agua que le confiere características particulares y condiciona la presencia de vegetación adaptada a estas situaciones. B) Plantas acuáticas o hidrofitas que desarrollan su ciclo de vida en el agua (hábito flotante, sumergido o semisumergido) y palustres o helófitas (plantas emergentes que viven en suelos inundados).

Localmente no necesitamos ir muy lejos para reconocer humedales cercanos a la ciudad de La Plata. El clima húmedo de la región suele determinar la inundación temporaria del territorio conduciendo al anegamiento del suelo el cual se manifiesta a partir del desarrollo de cuerpos de agua someros, que están vinculados directa o indirectamente a los cursos de agua. Es así como, en los sistemas fluviales pampeanos del NE de la Provincia de Buenos Aires, se identifican tramos que pueden abarcar desde un centenar de metros hasta kilómetros, denominados como “bañados de desborde fluvial”, con características y funciones particulares. Este es un tipo de humedal, entre otros con los que cuenta la región, que se genera a partir del afloramiento del nivel freático y por la disminución local del gradiente hídrico (diferencia de alturas hidráulicas de un curso de agua), traduciéndose en un ensanchamiento del curso de agua principal. Esta condición favorece la generación de humedales asociados a los ríos o arroyos, los cuales presentan un importante desarrollo de vegetación característica de suelos muy húmedos. Estos “ecotramos”, cuyo anegamiento en superficie se expande y contrae periódicamente, tienen una estructura biótica que es producto de las interacciones bidireccionales entre el curso principal y la planicie de inundación a la que se suma la vinculación con el agua subterránea. Este tipo de humedales en el partido de La Plata y sus alrededores, han sufrido procesos de retracción, cuyos orígenes se remontan con los primeros asentamientos de pequeños pueblos a partir del siglo XIX. Estos, poco a poco, fueron incrementando el tamaño poblacional y avanzando hacia zonas bajas, cercanas a los cursos de agua, para realizar prácticas agrícolas y progresar con la urbanización.

Como consecuencia de la modificación del uso de la tierra, canalizaciones, impermeabilización y la sobreexplotación del agua subterránea para diferentes usos, los bañados de desborde fluvial localizados actualmente en la zona periurbana de la ciudad de La Plata se encuentran seriamente amenazados. En estos humedales el agua que fluye en superficie es intermitente y se asocia principalmente a las precipitaciones o al vertido de aguas residuales. También por la excesiva extracción de agua subterránea los niveles freáticos descendieron notablemente, localizándose actualmente en algunas zonas a más de 8 metros de profundidad (Fig.3).

Figura. 3: Esquema de la ubicación del nivel freático en bañados ubicados en zonas de sobreexplotación de agua subterránea (imagen izquierda) y en zonas con menos extracción de agua (imagen derecha). (Figura extraída de Rodrigues Capítulo et al. 2020)

La intensa actividad agrícola, como la horticultura, desarrollada en el entorno de los bañados también contribuye al ingreso excesivo de nutrientes, acarreando también fungicidas, herbicidas e insecticidas, modificando así la calidad del agua y convirtiéndose en una amenaza para la biota residente. Por otra parte, la impermeabilización del terreno debida a los cultivos bajo cubierta acelera el escurrimiento superficial disminuyendo las posibilidades de infiltración para la recarga de agua subterránea. Estudios realizados por investigadores del Instituto de Limnología Dr. Raúl A. Ringuelet (UNLP-CONICET) y del Centro de Estudios Integrales de la Dinámica Exógena (UNLP) revelaron el significativo impacto que tienen los factores relatados precedentemente sobre la calidad del agua, del hábitat y de la biota en estos humedales. La comparación entre bañados de desborde fluvial (Fig. 4 y 5) ubicados en la cabecera de los arroyos Carnaval y Del Gato, con datos provenientes de otros bañados más alejados donde no existe este tipo de perturbaciones, localizados en los arroyos Chubichamini y Cajaravillas, reveló el impacto que causan las intervenciones humanas poco planificadas y sostenibles (Gómez et al., 2021).

Figura 4: Bañados de desborde fluvial localizados en arroyos cercanos a la ciudad de La Plata. a) en el A° Del Gato y b) en el A° Carnaval y otros más alejados c) en el A° Chubichamini y d) en el A° Cajaravillas.
Figura 5: Bañado de desborde fluvial en el A° Del Gato durante un período lluvioso.

Los resultados demostraron que la importante profundización del nivel de las aguas subterráneas, causada por la sobreexplotación de los acuíferos en zonas periurbanas, así como la disminución de la calidad de las aguas superficiales afectaron a la riqueza de especies, la diversidad y la densidad poblacional de aves, tortugas, peces, invertebrados y algas, que fue acompañada por cambios en las adaptaciones de las plantas que habitan estos humedales (Zanotti y Gómez, 2019). Los resultados revelaron uno de los síntomas más contundentes del deterioro ambiental, como es la pérdida de biodiversidad, que a su vez es acompañada por la pérdida de beneficios ecosistémicos. Entre estos últimos los científicos señalaron procesos de autodepuración del agua menos eficientes en los humedales más impactados, repercutiendo así en la capacidad de mejorar la calidad del agua.

La situación ambiental que se describió sobre estos humedales de desborde fluvial no es más que un ejemplo de otros tantos que se replican a lo largo y ancho del país en otros tipos de humedales y bajo los mismos u otros factores de estrés antropogénico. Algunos de estos ambientes alcanzan notoriedad por sobresalir en los medios de comunicación, pero otros tantos pasan inadvertidos, lo que no significa que sean menos importantes. Sin lugar a duda lo que se requiere es identificarlos y protegerlos con una legislación que reconozca sus particularidades y los beneficios que prestan a la sociedad.

Mientras tanto, se espera por la sanción de la ley de humedales…….

Avanzar en la sanción de una Ley de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Humedales, es clave y una oportunidad que viene siendo largamente postergada, desde la primera media sanción obtenida en 2013 en el Senado de la Nación. Si bien en Argentina las provincias son titulares del dominio originario de los recursos naturales existentes en sus territorios, conforme a la Constitución Nacional, para lograr una protección uniforme del ambiente a lo largo de todo el país, las provincias le delegaron expresamente esta potestad al Estado Nacional; por lo tanto, en él recae la facultad de sancionar leyes de presupuestos mínimos ambientales.

Una ley que proteja los humedales resulta fundamental para disponer de una herramienta y principios de gestión ambiental específica para todo el país que sumen y fortalezcan el ordenamiento participativo de las áreas cubiertas por humedales, además de partidas presupuestarias para acciones de conservación, restauración y uso responsable y sostenible de estos ecosistemas, incluyendo su inventario.

Desafortunadamente en el mientras tanto no se sanciona esta ley de humedales, éstos continúan desapareciendo y se profundiza las amenazas e impactos sobre los mismos, con las consecuentes afectaciones a su biodiversidad y comunidades que los habitan, muchas en situación de vulnerabilidad. Por lo tanto, es perentorio que los involucrados en sancionar esta ley la concreten a la brevedad, la cual redundará en el bienestar de las futuras generaciones del país, de lo contrario estarán condenadas a un futuro con una profunda crisis ambiental, enfatizada por los nuevos escenarios que plantea el cambio climático.

Referencias

EPA., 2015. Connectivity of streams and wetlands to downstream waters: a review and synthesis of the scientific evidence. Environmental Protection Agency 600/R-14/475F, 408 pp. https://cfpub.epa.gov/ncea/ risk/recordisplay.cfm?deid=296414.

Gómez N., Maroñas M., 2020. Los bañados de desborde fluvial. Aportes desde la ecología acuática para su conservación. N°35 Https://revistas.unlp.edu.ar/bacuatica/article/view/11249/10279

Gómez N., Siri. A., Rodrigues Capítulo L., et al., 2022 Effects of urban demand for food and water on physicochemicals and biotic structure of riverine wetlands in the Pampean plain, Ecohydrology & Hydrobiology, Volume 22:355-369

Rodrigues Capítulo, L., Kruse, E., Gómez, N., 2020. Los bañados de desborde fluvial: una mirada desde la geohidrología. Biología. Acuática. 35, 1– 13.

Zanotti, C.A., Gómez, N., 2019. Caracterización de bañados de desborde fluvial a partir de inventarios florísticos. En: Cortelezzi, A., Entraigas, I., Grosman, F. (Eds.), Encuentro de saberes para la gestión responsable de ecosistemas acuáticos pampeanos. Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. Congreso de Ecología y Manejo de Ecosistemas Acuáticos Pampeanos, Tandil. Https://digital.cic.gba.gob.ar/handle/11746/10584

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