La importancia del árbol urbano para mitigar los efectos del cambio climático

El 24 de octubre se conmemora el Día internacional contra el cambio climático con el objetivo de alertar a la comunidad acerca de los efectos nocivos y devastadores del cambio climático en el planeta. En relación a este día la Secretaria de Ambiente y Conservación de Recursos Naturales de la Universidad Nacional de La Plata comparte una nota sobre la importancia de los árboles en la mitigación del cambio climático.

Escrita por Carlos R. Anaya1

Lograr ciudades arboladas nos permitirá mitigar los efectos del cambio climático y mejorar la calidad de vida de la población”.

El árbol como elemento integrador del bosque urbano es indiscutiblemente la herramienta no estructural mas importante para mitigar los efectos negativos que está generando el cambio climático. La suma de todos los árboles, ya sean de dominio público, semipúblico o privado conforman el bosque urbano de las ciudades y cada uno de esos elementos deben ser conservados íntegramente, para que en su conjunto podamos beneficiarnos de los servicios ecosistémicos que generan.

¿Árboles correctos e incorrectos?

Ya hace mucho tiempo que se dejó de emplear el término “árboles ornamentales”, debido a que lo estético, si bien no es una cualidad menor, sí es menos significativo al analizar el amplio listado de beneficios que generan. El árbol urbano hoy es sinónimo de salud pública. Las ciudades necesitan árboles, pero no cualquier árbol: “árboles grandes generan beneficios grandes y árboles chicos beneficios escasos”.

A medida que los árboles crecen y/o las especies tienen un mayor volumen potencial, los árboles tienen mas hojas, a partir de las cuales se generan los mayores beneficios que el árbol ofrece. Los beneficios no pasan por la cantidad de árboles que tiene una ciudad sino por la calidad de los mismos. No tiene sentido hablar de rankings de árboles por metro cuadrado o de cantidad de árboles por habitante: lo importante es la canopia o la cobertura verde que tiene una ciudad (Fig. 1). Si consideramos, por ejemplo, el tamaño potencial de una especie, no es lo mismo tener en una misma cuadra doce ejemplares de tipa (Tipuana tipu (Benth.) Kuntze,) que doce ejemplares de lagerstroemia (Lagerstroemia indica (L.) Pers.): la cobertura verde es totalmente diferente.

No sólo nos debemos quedar con el concepto de que los árboles deben ser grandes, sino también seguros y sustentables. Para lograr esos tres objetivos, sin duda la arboricultura debe continuar con el proceso de profesionalización y que en el país haya más técnicos especialistas ya sea en arboricultura y/o en silvicultura urbana. La arboricultura es la disciplina que tiene como objetivo la cría y el cuidado de los árboles urbanos y periurbanos y el objeto de trabajo es el árbol o grupo de árboles. Por otro lado, el silvicultor urbano tiene su tarea en el bosque urbano gestionando no solo la flora sino la fauna, el recurso hídrico, la recreación, la administración, entre otros. En la actualidad lamentablemente la arbolicultura y silvicultura son actividades poco profesionalizadas. La causa fundamental es la falta de educación formal en el país, ya que no existe ninguna universidad que tenga una facultad en la que se puedan formar profesionales.

El axioma básico de la arboricultura es “plantar el árbol correcto en el sitio correcto”. Hoy debemos ir un poco más allá haciendo todo lo posible por aumentar los sitios de plantación, seleccionando la especie adecuada y con determinadas prácticas adecuando nuevos sitios en los que el árbol pueda crecer y desarrollarse para cumplir los servicios para los cuales fue seleccionado (Fig. 2). Con determinadas prácticas podemos, por ejemplo, mejorar el drenaje de un suelo, usar determinadas enmiendas para mejorar la estructura de un suelo, plantar sobre un talud en casos de suelos superficiales, controlar eficazmente plagas o enfermedades específicas, en fin, diferentes prácticas que nos ayudarán a aumentar el abanico de especies a plantar.

Figura 2. Vista general que muestra cómo aumentar los sitios de plantación. Izq. utiliza espacios de la calle ante veredas angostas; Der. generar taludes ante situaciones de escaso perfil de suelo para un adecuado desarrollo radicular.

¿Qué criterios hay que tener en cuenta para seleccionar una especie de árbol?

Cuando queremos seleccionar especies para un determinado sitio, de las 60 a 70 mil especies arbóreas que existen en el planeta, sólo nos quedamos con un puñado, fundamentalmente porque desconocemos gran parte del material vegetal y los viveros no las producen. En la Segunda Conferencia Internacional de Diversidad del Bosque Urbano que tuvo lugar en Melbourne en 2016, se concluyó que la biodiversidad del bosque urbano es una solución a las amenazas generadas por el cambio climático, relacionadas con estreses tanto bióticos como abióticos. En general las ciudades tienen una alta biodiversidad, pero el problema es que tienen pocas especies dominantes, o sea pocas especies con alta frecuencia. La biodiversidad no sólo se debe buscar en lo relativo a especies diferentes, sino también dentro de cada especie (especies clonadas o de semilla), a la composición etárea de los árboles, la estructura y sus formas. Cuando se habla de composición botánica de una población, una de las propuestas mas aceptadas es la de Santamour que se conoce como la regla 10-20-30. Sugiere no plantar mas del 10% de una misma especie, no mas de un 20 % de un mismo género y no mas de un 30% de una misma familia, a fin de lograr variabilidad y mayor plasticidad antes eventos negativos.

Si bien el secreto es seleccionar la especie correcta, el trabajo no culmina con esa acción, sino que en el vivero se debe elegir al árbol adecuado en cuanto a calidad de cultivo, descartando las plantas con defectos y culminar el proceso con una correcta plantación, tema que no es menor cuando las condiciones de suelo y clima no son las ideales. Por último, en la actualidad surge en interrogante de utilizar especies exóticas o nativas. La discusión no debe pasar en plantar exóticas o nativas. Los árboles no reconocen límites geopolíticos y cada planta, independientemente de su origen, puede cumplir una excelente función de mitigación de problemas en el ambiente de un determinado sitio. Por ejemplo, en una zona industrial de la ciudad se deberían elegir especies cuyas hojas puedan retener determinado particulado para minimizar problemas respiratorios en la población y la función la podrán cumplir determinadas especies independientemente de su origen.

La importancia de una “correcta” poda

La arboricultura es una actividad muy dinámica, con paradigmas que van cambiando debido a la investigación y al desarrollo tecnológico, de ahí la importancia de la continua actualización. Un ejemplo claro es lo referido a la poda de los árboles (Fig. 3). Manejar el arbolado en porte natural es la mejor alternativa a los efectos de maximizar beneficios y minimizar costos de mantenimiento.

Los árboles son organismos que se construyen por el equilibrio que alcanzan entre los procesos endógenos y los estímulos exógenos ejercidos por el ambiente que los rodea, disponiendo los diferentes vástagos, tanto aéreos como radiculares. Cuando hablamos de brotación tras un estrés, como puede ser por la consecuencia de una excesiva poda, la reacción del árbol no es anárquica, sino que el árbol reacciona tratando de recomponer su estructura fotosintética. Esos brotes, denominados reiterados o vulgarmente chupones, son estructuras que desde la fruticultura nos enseñan a eliminar por cuestiones productivas. No es el caso de los árboles urbanos. Esos reiterados están cumpliendo una función y no se deben eliminar.

El concepto de poda de aclareo a los efectos de mejorar la entrada de luz y la mayor permeabilidad de la copa al viento, hoy es una práctica no recomendada. La fruticultura, si la recomienda a fin de mejorar la entrada de los rayos solares en el interior de la copa para activar yemas y por cuestiones sanitarias. Las ramas en la copa del árbol cumplen una función de amortiguación de las fuerzas dinámicas, fundamentalmente generadas por el viento. Las ráfagas y la turbulencia generan cargas de diferente frecuencia e intensidad causando complejas reacciones dinámicas.Los movimientos no coordinados actúan disipando la energía evitando que se transmita enteramente al tronco y las raíces y ante un defecto el árbol pueda fallar, evitando quebrarse o descalzarse del suelo. Otro aspecto de la importancia de las ramas internas es durante los períodos de altas temperaturas que la copa externa para evitar pérdida de agua cierra las estomas y las ramas internas, sombreadas pueden llevar adelante el proceso. Asimismo, la poda sanitaria, a menos que se trate de situaciones de riesgo es importante replantearla ya que independientemente del efecto de amortiguación son fuente de biodiversidad ya que son nichos ecológicos para la vida de otros organismos.

Reflexión final

Profesionalicemos la arboricultura. Plantemos y mantengamos árboles en las ciudades, grandes en porte natural, seguros y sustentables. Investiguemos e incorporemos especies que puedan mitigar los diferentes problemas que pueda haber en cada barrio de cada ciudad, teniendo en cuenta una adecuada biodiversidad. Advertir que cuanta más poda necesiten los árboles, será consecuencia de haber partido de una inadecuada selección de especies, de una mala calidad de planta y/o de un inadecuado manejo de los árboles. Demandemos a los viveros la producción de árboles de calidad.


Datos del Autor

1 Carlos R. Anaya es Ingeniero Agrónomo y Arborista Certificado. Actualmente ocupa la función de presidente de la Asociación Civil de Arboricultura.

Contacto: tree.anaya@gmail.com

Referencias

Santamour, Frank S., Jr. 1990. Trees for Urban Planting: Diversity, Uniformity, and Common Sense. Proc. 7th conference. Metropolitan Tree Improvement Alliance (METRIA) 7:5765.

2nd international conference on urban tree diversity. 2016. Melbourne (Australia) 22 – 24 February.