De la conciencia ambiental a la acción: Guía de Buenas Prácticas Ambientales de la UNLP

Por la Dra. Nora Gómez1

Según los informes de la Organización de las Naciones Unidas la extracción de recursos naturales ha aumentado más del triple desde 1970 a la actualidad, entre los que se puede destacar el incremento del 45% en el uso de energías fósiles. La extracción y el procesamiento de los materiales, combustibles y la comida son responsables de la mitad de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial y de más del 90% de la pérdida de biodiversidad y el estrés hídrico. Estas cifras impactantes nos deben interpelar acerca de cómo podemos contribuir con el cuidado del ambiente, al disminuir estos porcentajes a partir de nuestras acciones cotidianas. Ser un ciudadano responsable con el ambiente implica adoptar prácticas y comportamientos que reduzcan el impacto ambiental y contribuyan a la sostenibilidad. Reducir, reutilizar, reciclar materiales, cuidar el agua y las energías, conservar los espacios verdes, mantenerse informado sobre cuestiones ambientales y de sostenibilidad, son algunas de las prácticas que están a nuestro alcance.

Las instituciones educativas desempeñan un papel fundamental en la formación de las futuras generaciones. En los tiempos actuales parte de la formación de ellas debe incluir conceptos y valores relacionados con la conciencia ambiental y la sostenibilidad de recursos naturales. Además, las instituciones educativas pueden tener un impacto significativo en el ambiente debido al consumo de recursos, producción de residuos y huella de carbono que puede implicar sus actividades. Las prácticas sostenibles a menudo van de la mano con la eficiencia energética, la gestión eficaz de recursos y la reducción de residuos. Aunque la inversión inicial podría ser significativa, a largo plazo, estas medidas suelen resultar en ahorro de costos a través de la eficiencia operativa y la reducción de gastos, además de minimizar el impacto en el ambiente. Por otra parte, las instituciones educativas vinculadas a las universidades pueden liderar investigaciones innovadoras en áreas como energías renovables, gestión de recursos naturales y tecnologías limpias que contribuyen a mejorar el ambiente y la calidad de vida de las personas. En este contexto es que la Universidad Nacional de la Plata a través de la Secretaría de Ambientes y Conservación de los Recursos Naturales editó la primera guía de buenas prácticas ambientales de esta casa de estudio. La misma está dirigida a todas las personas de la comunidad universitaria, con el fin de orientar las prácticas individuales y colectivas ambientalmente sostenibles que pueden realizar durante su permanencia en los espacios universitarios. Por otro parte, invita a observar y reflexionar sobre nuestras acciones cotidianas, incorporando aquellas que resulten respetuosas con el ambiente y estimular a otras personas con quienes compartimos nuestras jornadas a practicarlas. Asimismo, pretende que sirva de motivación, ya sea para continuar, modificar o comenzar proyectos de investigación, extensión y difusión vinculados a minimizar el impacto sobre el ambiente. Se trata de un desafío que requiere del compromiso de la comunidad universitaria y que supone un proceso continuo de concientización de estudiantes, docentes, no docentes e investigadores/as.

La guía contiene recomendaciones generales sobre actividades que se desarrollan en edificios administrativos en los cuales se realizan actividades de gestión o de servicios, como por ejemplo presidencia, decanatos, secretarías, entre otros. En aulas donde se dictan clases, en laboratorios y hospitales escuelas donde se desarrolla investigación y aprendizaje. También incluye algunas recomendaciones para comedores universitarios, bufetes, espacios comunes, como pasillos, patios y espacios verdes. En su contenido se encontrarán recomendaciones para el uso consiente del agua, la energía, la utilización racional del papel, la gestión responsable del combustible y de los residuos (urbanos, peligrosos y patogénicos), el uso de vehículos y la disminución de la contaminación acústica. También incluye referencias para consultar, a través de la web, sobre cómo realizar compras sostenibles o realizar un compostaje. Cuenta además con un apartado sobre etiquetado ambiental, que ayuda a los consumidores a tomar decisiones de compras más informadas y respetuosas con el medio ambiente.

La elaboración de esta guía fue posible gracias a la colaboración de la Prosecretaria de Políticas en Gestión Ambiental, la Dirección de Gestión Sustentable, la Dirección de Seguridad y Desarrollo Sustentable, EKOA, colaboradores de la Secretaría de Ambiente y Conservación de los Recursos Naturales y la edición a través de la Editorial de la Universidad Nacional de La Plata.

Utilizar la guía de buenas prácticas ambientales requiere un compromiso continuo y de una acción proactiva. Al incorporar prácticas sostenibles además de beneficiar el ambiente, constituye el compromiso de los integrantes de la Universidad Nacional de La Plata con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Reducir el impacto sobre el ambiente requiere recordar cada día que el cambio comienza en mí.


1 La Dra. Nora Gómez es Secretaria de Ambiente y Conservación de Recursos Naturales de la Universidad Nacional de La Plata.

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