El Bachillerato de Bellas Artes de la UNLP, realizará el taller Abierto de TAI CHI / CHI KUNG, a cargo del prof. Gustavo Villar y destinado a docentes, no docentes y alumnos de la institución.
El evento está organizado por el Departamento de Discursos Musicales, Vínculos con la práctica instrumental a través de la postura y el movimiento corporal que se realizará el jueves 2 de junio a las 18:00 (para docentes y no docentes) y el viernes 3 de junio a las 12 hs. (para alumnos).
Los encuentros estarán a cargo del profesor Gustavo Villar* y tendrán lugar en el aula 204 del edificio “Noche de los Lápices”.
La práctica instrumental requiere de posturas y movimientos con los cuales podemos llegar a un ideal expresivo a través del sonido. Si bien ellos son específicos de la práctica musical, existen otras disciplinas que trabajan sobre posturas y movimientos más generales que pueden contribuir al desarrollo de dicha práctica.
El Taichi / Chi kung, mediante las posturas corporales relajadas, los movimientos lentos, la respiración conciente y la serena concentración mental, busca equilibrar y optimizar la circulación de la energía (el Chi). Se trata, por lo tanto, de una gimnasia psicofísica, ya que es fundamental la concentración mental para dirigir la energía vital. Entre otros muchos beneficios, regula el sistema neuroendocrino, equilibra la producción hormonal y el sistema cardiovascular, mejora la oxigenación del cerebro y de todos los tejidos, lubrica los discos intervertebrales flexibilizando la columna, corrige hábitos posturales, estabiliza las emociones, relaja los músculos de la espalda aliviando tensiones, revitaliza los órganos, mejora la digestión y el sueño, fortalece las piernas.
Si bien de origen chino, el Chi Kung es hoy ya patrimonio de la humanidad. Humanidad que tuvo un momento luminoso unos 25 siglos atrás, cuando coincidieron en un mismo tiempo en el planeta Lao Tze en China, Buda en India, y Heráclito en Grecia, afirmando que no eran tan importantes las “cosas” que nos rodeaban como su relación recíproca, que lo único permanente era el cambio, que el tiempo estaba en nuestra mente, y cosas por el estilo, similares algunas a las que propondría Einstein 2500 años más tarde revolucionando el siglo XX. Es en este marco teórico que se desarrolla el Chi Kung, como expresión práctica del taoismo.
Cuando nos desconectamos de nuestro ser esencial, perdemos el tempo de la naturaleza, la conexión con la fuente vital que nos nutre, y comenzamos a desafinar hasta no saber ya cómo respirar o pararnos. Sordos al ritmo silencioso de todas las cosas, olvidados de cómo danzar con la vida, imponemos torpemente pasos a destiempo, que lastiman el flujo natural de la sangre, y la inervación periférica y nos merman la sensibilidad. Con Taichi recuperamos el pulso que nos armoniza con la respiración, con los ritmos vitales, con nuestra arquitectura esquelética. Mejor oxigenados y con el peso repartido de manera eficaz, vuelven la capacidad de concentración, el goce de la técnica y la expresividad.
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