Con la intención de retomar lo que sucedía antes de que el Covid-19 fuera pandemia, un grupo de referentes territoriales nucleados por las ganas de brindarle a les jóvenes una excusa de sentido en medio de este Gran Lío, y algo mas que un protocolo de cuidados y prevenciones, se llevó a cabo la primera jornada de la Mesa Barrial Juventudes de Tolosa Ringuelet.
El día cálido en pleno invierno anunciaba un voto de justicia social –entre la segunda Ola y la marea de casos, esta jornada se venía postergando-, y la pibada no podía esperar más.
A las 13hs llegamos al barrio y pasamos por la sede de la Asociación Civil El Refugio del Puente en busca de pinturas y pinceles, uno de los insumos preferidos de las primeras infancias a la hora de desplegar su arte. Al momento de continuar viaje rumbo al fondo del Barrio Nuevo –desembarco final donde se harían las actividades- un par de pibis nos interpeló por el carácter del torneo:
– ¿Es de 7?
– ¿Qué hay de premio?
La demanda no se hacía esperar y las ansias marcaban los minutos, debíamos meterle. Salimos para el fondo y llegamos al espacio destinado; una manzana sin fin de obra a la que la vecindad guaraní otorgó sentido, habitando en ella algo de urbanidad: una platea de cemento con su cancha de vóley –que a veces algunxs niñxs procuran que sea de Matasapo-, una cancha de futbol 11, un largo camino de ladrillos y las hamacas y calesitas recauchitadas de alguna donación amena.
Al llegar nos esperaba el director de la Escuela 50 y Gustavo, el multi-vecino que nos prestó acceso a la electricidad y al baño, y nos donó su pared para que Mauro Valenti deje la estampa de su arte con un gran D10S, eterno y del pueblo.
L-gante, la cumbia que más se escucha por estos días en el barrio, empezó a sonar y los gacebos se llenaron de cotillón. Se armó el stand sobre salud sexual y (no)reproductiva, una iniciativa de dos chicas del barrio con inquietud sobre la temática, que prepararon a mano afiches informativos; a los cuales se le sumó Paulina, la directora del proyecto de extensión “El placer entra a las aulas” de la Facultad de Artes. Durante toda la jornada, pequeños grupitos se acercaban a realizar consultas sobre infecciones de transmisión sexual y métodos anticonceptivos; demostrando que un pene de madera además de ser el circo de la TV, también puede ser un gran libro abierto.
La radio abierta que coordinó Yésica Alegre, una vecina “suelta” que empuja el barrio siempre a un destino mejor, empezó a rotar lxs interlocutores, y en eso nos dábamos cuenta que un gran paso ya habíamos dado: la multi-actoralidad, las redes comunitarias y ese entramado de vida que todo barrio popular hoy necesita tener como recurso para sostener sus múltiples demandas, se estaba empezando a consolidar. Por el micrófono pasaron distintxs vecinxs que deseaban tomar la palabra, teniendo centralidad las palabras del presidente del Club Dardo Rocha, lxs militantes de Febo Asoma y Alfredo referente del Centro Cultural Diego Rodriguez.
En eso, en medio de un partido de voley se veía jugar al coordinador del SAPS del Hospital Gutiérrez, más allá, en el piso con su termo y mate propio –a la moda- se veía al grupito de los voluntarixs de la Facultad de Ciencias Médicas jugando con un jenga gigante y promoviendo la lectura infantil con una manta llena de libros.
El torneo de fútbol y voley lo coordinó Diversa Rayuela un grupo de profesores de educación física enmarcados en otro proyecto de extensión, que desde hace varios años acompaña al barrio. La actividad apuntaba a compartir actividades sin distinción de género ni edad, entre chicxs de distintas partes del barrio.
Los más pequeños también estuvieron entretenidxs. Desde el proyecto Exploracuaticxs, de la Facultad de Ciencias Naturales, prepararon actividades artísticas sobre las tortugas acuáticas que hay muy cerca, en el arroyo el gato… Mientras que la cobertura de dicha actividad estuvo a cargo de los jóvenes que asisten al Taller de Cine Diego Rodriguez, una propuesta de un grupo de la Facultad de Artes.
A las 16hs aproximadamente, los chicos y chicas del taller de rap que coordina la profe Ayelén, contaron al resto de lxs chicxs que estaban en el evento, sobre las actividades que realizan. También repartieron un folleto con una canción realizada de manera conjunta en el marco del taller de los jueves, que habla del barrio y de lo que a ellxs les gusta hacer. En ese marco, se dio una improvisada batalla de rap entre Lucho y Lucho, dos tocayos adolescentes del barrio quienes se batieron a duelo de freestyle.
Seguidamente, hicieron su exposición, jóvenes artistas de Altos de San Lorenzo y Villa Elvira vinculados a la agrupación La Patriada y a La Casita de los pibes, dos organizaciones barriales que saben promover y encontrar pequeños-grandes talentos.
La merienda también fue producto de la autogestión, el trabajo colaborativo y la organización popular. Internos de la Unidad Penitenciaria N° 12 de Gorina cocinaron roscas y bolas de fraile mientras que las vecinas del barrio organizaron un taller de comidas regionales preparando chipá para la ocasión.
Para cerrar, cuando casi el sol caía, se finalizó un mural de Diego Maradona, en manos del reconocido artista tripero Mauro Valenti.
Cuando la actividad se dio por finalizada, cargamos el equipamiento y encaramos el regreso para el Centro Regional de Extensión Universitaria de la UNLP, donde debíamos guardar nuevamente las cosas.
Nos fuimos con alegría por la gran jornada y con la certeza de haber sido parte de esta hermosa iniciativa que entre todxs dimos por llamar “que no se te escape la tortuga”. Organizada por la Mesa Barrial Tolosa Ringuelet, que nuclea a las instituciones que durante la pandemia aguantaron al barrio, brindando su ayuda en pos de sostener las necesidades más básicas, tejiendo redes, haciendo comunidad.
Y sabiendo que la Universidad no “sale” al territorio, sino que es parte de él y se reconoce como tal.
* Melina Fernández, Directora de Gestión Territorial de la UNLP,
Emanuel Sosa, Coordinador territorial del Centro Comunitario
de Extensión Universitaria N° 6 El Mercadito y Ringuelet
