QUÉ ES LA GALERÍA LOS ARTISTAS DEL PUEBLO

    La Galería Los Artistas del Pueblo es una de las Pequeñas Batallas que es necesario librar en un territorio colmado de grandes epopeyas cubiertas por el perpetuo manto del olvido. Los episodios que reflejan la realidad del ser humano a veces asoman como si fueran un susurro por encima de los gritos. Delante de esos acontecimientos hay artistas consustanciados con su tiempo, responsables con su conciencia, coherentes con su pensamiento. Ellos conforman la trama, la estrategia, de esta pequeña y necesaria batalla. Un artista del Pueblo tiene que ser el Pueblo, sin ardides ni atajos, sin conciliábulos excusatorios por un desvío imprevisto ante el poder. Ese creador es un espejo, que como diría Leonardo Castillo en su Oración para el hombreador de bolsas, “… donde a veces vienen a beber todas las fatigas del mundo”. El olvido intenta mandar a subsuelo las voces, los colores, las melodías, esos espejos que devuelven una imagen idéntica al sujeto que se ha parado enfrente, un retrato que no deforma ni se tuerce. Una multitud de bienes y propiedades privadas olfatean el tufillo a pueblo que ese arco iris retorna de una imagen que no miente. Esos creadores nadan contra corriente. “… ¿Cuándo se dará el igual de la ecuación existente? Y que al fin la pobre gente condenada a la plegaria, se salve de la malaria y nivele la balanza. (No con rezos ni alabanzas sino tornando la torta, la redención ¡Qué me importa, es paro hoy la esperanza!)” escribió Raúl Mercado y así como piensa intenta vivir. Los seres humanos que asoman su mirada en esta Galería han hecho del arte su propia memoria. Son un compromiso grabado a fuego con su conciencia, con una estética cuidada por sus propias sabidurías, por sus necesidades de transparencia y claridad y lealtad con la pasión con que alzaron sus manos para pintar, sus bocas para gritar, sus espaldas para soportar… Estos artistas del pueblo han tenido y tienen siempre el doble trabajo: Crear su arte y soportar la soledad. Y los que somos fatigas y queremos beber de aquellas fuentes intentamos en esta pequeña batalla poner esos espejos a disposición de otras lasitudes, y así tal vez, entre todos, subamos un peldaño para el lado de la justicia, la memoria y la conciencia, a los próceres que pocas veces tienen nombres de calles. Dijo alguna vez Fernando García Curten: “En este triste ámbito creado para el hombre de la multitud, donde caricaturas de hombres conviven y pelean y vuelven a asociarse perdonándose cualquier sinvergüenzada, el hombre real no tiene espacio”.. 

     

    La GALERÍA LOS ARTISTAS DEL PUEBLO de la CÁTEDRA GERMÁN ABDALA de la UNLP debe ser un intento, colectivo, consciente y contra hegemónico que debe formar parte, necesariamente, de una construcción que asuma a las culturas y sus manifestaciones como un patrimonio inalienable de los pueblos. Y se debe constituir desde esta UNLP, como un aporte a las luchas de nuestros pueblos que decidan resistir al proceso de cambios paradigmáticos por los que pujan la globalización y el mercado.

    Adherimos fuertemente al concepto de “Cultura Viva Comunitaria” como un camino participativo hacia una “… construcción de una nueva sociabilidad humana, desde una perspectiva de justicia y equidad, que permitan trascender y superar el horizonte al que quieren condenarnos el capitalismo, la violencia y las políticas extractivistas en nuestra América…”

    La GALERÍA LOS ARTISTAS DEL PUEBLO se concibe como una modalidad virtual, alojada en www.unlp.edu.ar/germanabdala; y una modalidad material a ser “paseada” por los caminos desde donde pueda acopiar más y más expresiones representativas del pensamiento popular.

    Iniciamos esta galería con tres exponentes del pueblo artístico de la patria: Leonardo Castillo, Fernando García Curten y Raúl Mercado.  Hay muchos más, claro que sí. Será cuestión de rescatarlos de la vieja novela del olvido, conjurar voluntades que descubran de a poco ese manto que obtura los brillantes espejos de artistas que han vivido y viven como piensan, a los que les duele el dolor ajeno y no se acuestan jamás sin hacer algo que ayude a equilibrar las fuerzas, repartir más los panes y despertar a los sueños.