Malvinas encierra muchas historias

“Huellas en el viento” es un documental que narra el viaje a las islas Malvinas de ocho ex soldados platenses que combatieron en 1982 y regresaron al lugar del conflicto 25 años después, en mayo de 2007.
Que los ex combatientes hayan aceptado que los acompañemos en ese momento tan importante para sus vidas fue un gran desafío para nosotros  y una experiencia inolvidable.
El documental comienza con testimonios de los viajeros que hablan del significado del regreso. La ansiedad por volver a los sitios en los que estuvieron. Las primeras sensaciones, las charlas, anécdotas, van apareciendo a medida que empieza el recorrido por los lugares del '82. El cementerio de Darwin, las posiciones que ocuparon durante la guerra, el campamento en el monte Longdon. Cada paso es un espacio para el homenaje a los quedaron allí y una oportunidad también para celebrar la vida.
En una mirada necesaria hacia el lugar, el trabajo también incorpora el testimonio de dos isleños que hablan de Malvinas más allá del conflicto y expresan sus reflexiones sobre el futuro.
“Huellas…” es, además, el resultado de más de diez años de trabajo de un equipo que se propuso llevar adelante un ciclo de documentales para televisión en el que contar historias,  esas que a veces pasan desapercibidas en la agenda de los grandes medios de comunicación, pero que, en cambio, a sus protagonistas les llenan la vida. Una vez más la comunidad nos había apoyado.
La Universidad Nacional de La Plata se sumó a las instituciones que confiaron en nuestra iniciativa, y queríamos responder de la mejor manera. Acercarnos con nuestro trabajo y tratar de entender lo que significan esas islas para quienes pelearon allí, además de contribuir a pensar el presente y futuro de este conflicto, aún irresuelto, es el aporte que intenta hacer  “Huellas…”.
Malvinas no es una historia cualquiera, es compleja y encierra muchas otras historias. Intentamos reflejar algunas de ellas. Nuestro deseo es que quienes vean el documental sientan que recorren las islas, que las redescubren, con sus penas y contradicciones; con sus muertes y ausencias, con sus paisajes -tan ajenos y nuestros, al mismo tiempo-, con sus colores que mutan con el viento. Me gustó pensar, estando allí, que el viento es una señal de que las cosas cambian; quizás, una señal de esperanza.
En lo personal, viajar a Malvinas fue algo muy fuerte. Recuerdo imágenes de esa guerra que vi con ojos adolescentes, femeninos, y que tanto tuvo que ver en mi deseo de ser periodista.
En este tiempo me pregunté muchas veces: ¿cómo llegué yo ahí? Hay quienes dicen que uno no elige las historias, que las historias lo eligen a uno. Lo cierto es que sentí que por mis ojos miraban otras mujeres: madres, hermanas, novias.
Y traté de abrirlos, lo más que pude, con el corazón.