Un equipo de investigadores de la Universidad Nacional de La Plata desarrollan estudios energéticos para empresas cuyos ciclos de producción se ven afectados por las sucesivas crisis energéticas que aquejan al país.
Especialistas de la Facultad de Ingeniería asesoran y llevan adelante en distintas industrias del país, programas que le permiten a esas fábricas generar su propia energía eléctrica y térmica en forma integrada, utilizando el residuo de la energía producida para otras aplicaciones”. De esta manera, la producción de una industria ya no dependería de los vaivenes del suministro energético desde el sistema centralizado.
A partir de este desarrollo se logra optimizar los recursos energéticos. Por ejemplo, es posible analizar el proceso industrial con miras a detectar posibles integraciones calóricas que permitan ahorrar calor y frío; en el caso de una industria láctea se puede utilizar el vapor que surge de la pasteurización y transformar esa fuente calórica en generadora de más energía para que la misma empresa la utilice en otra etapa del proceso de producción, o para calefaccionar sus instalaciones, o bien reduciendo el caudal combustible necesario para producir el vapor en la caldera.
Los técnicos de la Facultad de Ingeniería ofrecen el asesoramiento técnico para concretar esta optimización energética. Es lo que se denomina “cogeneración de energía”.
Esta iniciativa que apunta al uso racional de la energía, es el resultado de más de diez años de trabajo de la Unidad de Investigación y Desarrollo “Generación Energética, Cogeneración, Ciclos Combinados, Uso Racional de la Energía en Sistemas Térmicos” (GECCU), del Área Departamental Mecánica de la Facultad de Ingeniería de la UNLP; que fue creada por el Ingeniero Alberto Fushimi, y que actualmente dirige la doctora en Física, María Isabel Sosa.
Según explicó el Ingeniero Ricardo Pedernera, integrante del grupo de investigación, “la cogeneración de energía permite ahorrar entre un 25 y un 30 por ciento de combustible, comparado con sistemas monopropósito donde se generan los vectores energéticos por separado en caldera y en sistemas de turbina o motores”.
Los especialistas señalaron que “muchas industrias de nuestro país ya están buscando alternativas porque advierten que en este invierno volverán a sufrir una crisis en el suministro eléctrico y de gas”. Como ya viene sucediendo desde el año pasado por la Resolución 1281/06 de “Energía Plus”, el gobierno establece que ante una no-disponibilidad de energía se dará prioridad al sector residencial, implementando cortes programados de suministro energético al sector industrial.
En junio del año pasado las restricciones fueron de ocho horas diarias, lo cual produjo serios problemas, sobre todo en industrias de producción continua. En julio esto se agravó por las bajas temperaturas y las sequías en represas del país; además, a las restricciones de electricidad se sumaron nuevos cortes de gas. Esto implica parar la planta o reducir la producción en los periodos críticos. Al respecto, Sosa y Pedernera adelantaron que “en las condiciones actuales, una forma de mantener los niveles máximos de producción es que nuestras industrias generen su propia energía; para lo que es preciso realizar una auditoria energética con miras a una optimización que permita reducir los consumos al mínimo. En industrias con demandas calóricas, la cogeneración permitiría un menor consumo de combustible con una sola instalación”.
El desarrollo de los investigadores de la UNLP, ofrece a las industrias la posibilidad de sortear el problema de la crisis energética autogenerando ese plus de energía que no les garantiza el sistema centralizado. Un sistema de cogeneración tiene la ventaja de que, además de asegurar el suministro necesario para mantener la producción, requiere de un nivel de inversión recuperable en el mediano plazo, dependiendo del tamaño de la instalación. “La factibilidad económica de implementación depende no sólo de la inversión, sino de las características de la demanda y de una serie de variables técnicas, económicas, financieras y políticas, las cuales hacen variar el grado de rentabilidad del proyecto”, explicó la doctora Sosa.
En los últimos meses la GECCU ha realizado estudios de factibilidad técnica y económica para la implementación de sistemas de cogeneración de energía para tres industrias; se trata de una empresa de productos lácteos, una textil y una papelera.
Sosa señaló que ” Argentina vive una crisis energética desde hace años, dada la baja capacidad de generación instalada y el fuerte desarrollo industrial de los últimos años. Existen pocas inversiones no sólo en generadores, sino también en explotación, distribución y transporte de gas”. Además aseguró que “los proyectos para los años venideros no alcanzarían a cubrir la creciente demanda energética. Como consecuencia de ello, Argentina deberá lidiar en el futuro con indisponibilidad energética –especialmente a fines del otoño y durante el invierno-, y la variable de ajuste terminarán siendo las empresas, que en el último año sufrieron cortes de suministro de energía”. Una de las soluciones para mantener activa ha sido hasta ahora la compra o alquiler de grupos electrógenos a precios muy elevados y el uso de combustibles alternativos.
Desarrollo para producir hidrógeno
La Unidad de Investigación y Desarrollo de Sistemas de Generación, Cogeneración, Ciclos Combinados, Uso Racional de la Energía colabora actualmente con el grupo GOSE “Optimización de Sistemas Energéticos” de la Universidad Estatal Paulista “Júlio de Mesquita Filho” de Brasil (UNESP). En el periodo 2003-2005 Sosa participó como integrante consultor del grupo de investigación en el desarrollo de un prototipo que permite producir hidrógeno a partir de etanol puro.
El prototipo permite suministrar combustible a una celda de combustible de 1 kW que será instalada en zonas dispersas de la región de Minas Geráis, no conectadas al sistema eléctrico centralizado de Brasil.
Este desarrollo del que participó la UNLP será de vital importancia para pequeñas comunidades ubicadas en zonas de difícil acceso, donde los tendidos de las compañías eléctricas no llegan. La celda de combustible alimentada a hidrógeno generará la energía suficiente como para asegurar iluminación en esos pueblos.
La directora de la GECCU aclaró que la capacidad de producir hidrógeno a partir de etanol es una técnica ya conocida. “A lo que apuntó el proyecto es a resolver técnicamente el problema diseñando el equipamiento adecuado a la demanda de hidrógeno que requiere la celda y ajustando el consumo de etanol”.
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