Fundador del pensamiento filosófico en Argentina; hombre fundamental en la vida de la Universidad de La Plata, donde fue docente, autoridad y consejero; y, sobre todo, abanderado incansable del movimiento reformista impulsado por los estudiantes en 1918. ¿Cuánto de los ideales de justicia y humanismo de Alejandro Korn estuvieron relacionados con su historia familiar? ¿Cuánto de su recorrido de médico a filósofo, de su profundo y constante humanismo, estuvieron marcados por la influencia de su padre?
Carlos Adolfo Korn se había criado en una familia de militares y como todo varón primogénito debió ingresar a la escuela militar. Al poco tiempo, su negativa a reprimir una huelga de trabajadores textiles le valió un consejo de guerra y la degradación de su rango. Luego, estudió medicina en Zurich, donde se enamoró de María Verena Meyer y juntos emigraron a la Argentina, donde se casaron y se radicaron en la provincia de Buenos Aires. Así, Alejandro nació en San Vicente, el 3 de mayo de 1860.
La ética, la justicia, la libertad, la condición humana, constituyeron las grandes preocupaciones del Alejandro Korn filósofo. Ese hondo contenido humanista también lo guió en su trayectoria universitaria, como un gran reformista. Alejandro, el hijo de quien había sufrido en carne propia una gran injusticia, de quien no había cedido en sus convicciones.
Alejandro Korn, al igual que su padre, ejerció la medicina, con especialización en psiquiatría, disciplina nueva por entonces. Sin embargo, dejaría por completo la carrera para dedicarse a la filosofía. Como estudiante, ya traducía novelas y obras del alemán al castellano para pagar sus estudios. Dedicó a sus padres la tesis doctoral “Locura y crimen” y trabajó como médico rural en la localidad de Ranchos. Allí, se casó con María Cristina Villafañe. Contratado por el gobierno provincial, en 1886, llegó a La Plata y se enamoró de la flamante ciudad, donde desarrollaría la mayor parte de su carrera.
El vínculo de Alejandro Korn con la Universidad trascendió a la docencia. Tuvo una singular relación con los estudiantes seguidores de sus ideas filosóficas, que encajarían esencialmente en la futura Reforma Universitaria, movimiento surgido en Córdoba en 1918 y que abriría un nuevo camino en la educación. Junto a Alfredo Palacios fue el gran referente de los estudiantes reformistas.
Alto, de cabello abundante y enrulado, gran deportista y amante de la esgrima, fue presidente de Gimnasia y Esgrima La Plata de 1891 a 1894.
Korn ejerció la docencia en el Colegio Nacional y en 1903 fue vicerrector de la Universidad de La Plata, durante el mandato de Dardo Rocha, y profesor titular de la Cátedra de Historia de la Filosofía, entre otras iniciativas, impulsó la creación de la Carrera de Obstetricia. En 1919, cuando el movimiento estudiantil reclamaba cambios, se hizo cargo de la Universidad junto a Carlos Spegazzini y Edelmiro Calvo.
Fue, además, en 1918, elegido por los estudiantes como primer decano reformista de la Facultad de Filosofía y Letras de Buenos Aires, hasta 1921.
Si bien en sus inicios formó parte de la Unión Cívica Radical, (nombrado por la Junta Revolucionaria en 1893, fue por algunos días Intendente de la ciudad), luego pasó a integrar el Partido Socialista.
Su humanismo no sólo se evidenció en la docencia y en su vínculo con los estudiantes, sino que también se hizo palpable en la reformulación el Hospital de Melchor Romero, que hoy lleva su nombre, y al que dirigió durante casi dos décadas, desde 1897. En los inicios de su gestión, vivió en el lugar y se dedicó intensamente a su transformación, bajo el concepto de “humanizar la locura”, alejándose del pensamiento positivista.
En el hospital llevó adelante construcciones nuevas, impulsó un trato humanitario con los enfermos psiquiátricos, con un sistema de relativa libertad, laborterapia y tareas agrícolas en el predio. Sin dudas, una gestión revolucionaria para la psiquiatría de la época.
El 9 de octubre de 1936 murió en su casona de la avenida 60.