Primer senador socialista de América Latina.También fue docente en el Colegio Nacional y en la Facultad de Derecho. Enrique del Valle Iberlucea fue además abogado, político, periodista y docente. Como legislador fue un defensor de los derechos de las mujeres, llegando a proponer a principios del siglo XX leyes como divorcio vincular y despenalización del aborto.
Nació en Castro Urdiales, provincia de Santander, España, en 1877. Hijo del pescador Epifanio del Valle y de María Iberlucea. El matrimonio decidió exiliarse en la Argentina en 1885, buscando seguridad ya que Epifanio sufría persecuciones por sus ideas liberales y republicanas.
En 1886 la familia se instaló en Rosario.Cursó sus estudios secundarios en el Colegio Nacional de Rosario de Santa Fe. En 1894, siendo estudiante, funda el periódico “Fiat Lux” y, en 1895, colaborando activamente con un grupo de emigrados alemanes, funda un centro socialista.
También en Rosario conoció a la joven María Luisa Curutchet con la que se casará en 1905. En 1896 se radicó en Buenos Aires y estudió leyes en la Facultad de Derecho, donde obtuvo el título de Doctor en jurisprudencia en 1902.Desde pequeño, apenas llegado al país estuvo preocupado porque se lo creyera lo suficientemente argentino , es por eso, que ni bien recibió su diploma de abogado, se nacionalizó argentino y se enroló voluntariamente en el Ejército nacional. Afortunadamente, las armas no lo alejaron del trabajo intelectual. A los 25 años daba conferencias sobre teoría marxista.
En 1896 formó parte de “La Revista”, publicación teórico-política y por esos años hizo sus primeros trabajos como periodista en el diario La Capital. En 1902 se afilió al Partido Socialista y se relaciona con Alicia Moreau de Justo, amiga y colaboradora con quien fundó la revista socialista Humanidad Nueva. En esta etapa se destacó en su producción intelectual la conferencia dictada en 1907 “Teoría materialista de la Historia” dictada en la biblioteca de la Universidad Nacional de la Plata.
Desde la adscripción al socialismo internacional fundó en 1908, la Revista Socialista Internacional, que se publicó durante diez años y que cumplió con rol educador y de divulgación de la cultura socialista. Fue electo senador nacional por el Partido Socialista en marzo de 1913. Participó con sus proyectos y en los debates parlamentarios en propuestas como la reglamentación de la ley de trabajo a domicilio, la transparencia de los ejercicios económicos y las reformas para democratizar el Código Penal.
Una férrea militancia tuvo en la lucha por la obtención de la igualdad en los derechos civiles para las mujeres . Además insistió en la necesidad de incorporar al Código Civil el divorcio vincular. En 1920, Del Valle presentó un proyecto de despenalización del aborto. Se pronunció a favor de la Revolución Rusa y adhiere a la III Internacional Socialista, (contrariamente a la posición mayoritaria de su partido). Le fue iniciada una causa judicial en Bahía Blanca, un juez federal solicitó su desafuero, además de ordenar la anulación de su preciada ciudadanía argentina y la posterior expulsión del país.
Murió muy joven a los 44 años, su ya débil salud no soportó una neumonía, el 30 de agosto de 1921. Poco antes había sido separado de su mandato como senador por su apoyo a la III Internacional, posición que el congreso de su partido había rechazado. El Senado, en una vergonzante votación, decidió a favor del desafuero de uno de los más brillantes y avanzados legisladores.
Entre los tantos logros del período gonzaliano, cabe señalar la modernización de la universidad y su apertura hacia las contribuciones académicas provenientes del extranjero, destacándose aquí la presencia de ese socialista consumado que fue Enrique del Valle Iberlucea como Secretario General de la Universidad.
Se transcribe a continuación un artículo que relata una anécdota sobre del Valle y cómo se vivía la Primera Guerra Mundial en la Universidad:
“El profundo impacto de la Primera Guerra Mundial se sufrió también en el seno de la comunidad académica argentina, tal como lo muestran los agudos conflictos suscitados en los institutos de la Universidad de La Plata en torno al desempeño de un relevante grupo de científicos de origen alemán. Hacia las cinco de la tarde del domingo 15 de noviembre de 1914 un auto con cuatro personas se detenía en las puertas de la Comisaría 3a de La Plata. Ante el jefe de policía se presentaba, indignado, el profesor Robert Lehmann-Nitsche, quien decía querer dejar asentado un grave suceso ocurrido durante su turno dominical. Llevaba como testigos a un vecino de la ciudad y a los tres empleados que habían compartido con él la guardia en el Museo de La Plata.
La denuncia que formulaba contra otro profesor de la Universidad se expresaba de la siguiente manera: “Hallándome de servicio como jefe superior de la guardia, fui advertido por los ordenanzas que el señor Enrique del Valle Iberlucea se había negado en forma brusca a entregar su bastón al portero, como más adelante a los ordenanzas que se le acercaron con el mismo pedido. Al ejemplo dado por el citado señor, seguían los socios del Ateneo Popular de Buenos Aires a quienes no se pedía la entrega de los respectivos bastones, habiéndose negado el señor Del Valle, presidente de aquel Instituto. Pedí yo entonces a un ordenanza la chapa numerada. Viéndome a mí el señor Del Valle, a una distancia de cuatro a cinco metros aproximadamente, se me acercó, y sin que yo hubiera pronunciado palabra alguna, empezó a insultarme con términos ofensivos. Le expliqué tranquilamente que estaba de servicio y plenamente autorizado para hacer respetar el Reglamento. La contestación del citado señor era repetición y aumento de aquel vocabulario, interrumpido a cada rato por la alusión a la senaduría nacional y el profesorado universitario. Dado el carácter ofensivo y personal del lenguaje adoptado por el señor Del Valle Iberlucea, me abstuve de contestarle y me retiré”.
Roberto Lehmann-Nitsche citados a declarar el 28 de noviembre de 1914, los empleados del Museo de La Plata ratificaron y ampliaron esta denuncia. En efecto, en sus testimonios ante el Consejo Académico del Instituto del Museo, el portero, don Pascual Luque, el jefe de preparadores, don Juan Durione, y el ayudante preparador, don Octavio B. Fernández, dieron más detalles del incidente. Así, se supo que Del Valle Iberlucea había acusado a Lehmann-Nitsche llamándole “prusiano” y que, a la vez que le preguntaba por qué no iba “a defender su patria”, se había dirigido al grupo de excursionistas y a los curiosos, convocando “¡a acabar con este kaiserismo!”.
En sus declaraciones, los testigos concordaron en que ambos profesores arrancaban los aplausos o la reprobación del público según este apoyara a uno o a otro de los bandos. Uno de los testigos dijo, por su parte, que le había parecido escuchar al profesor Lehmann-Nitsche responder a la acusación de “prusiano” llamando “español” al senador Del Valle Iberlucea.
Sin embargo, ni el expediente ni la indignación de ese domingo a la tarde trascendieron: la prensa local no hizo eco del suceso, así como el Consejo Académico se contentó con archivar los testimonios. La excursión a las instituciones universitarias de La Plata, en cambio, era protagonista de las crónicas en los diarios y Humanidad Nueva, el órgano del Ateneo Popular, relataba con entusiasmo tanto el éxito de la misma como el interés provocado por las vitrinas del Museo. Curiosamente, el incidente de los bastones era ignorado.”
En Revista Ciencia hoy, Volumen 10. Nro 55. Febrero. Marzo. 2000.La Gran Guerra y la comunidad científica argentina”.Susana V. García e Irina Podgorny.Depto. Científico de Arqueología del Museo de La Plata/CONICET.
Fuentes:
-Documento del Partido Socialista Auténtico. Centro Alicia Moreau de Justo . Mar del Plata.
-Marxismo y feminismo en el primer socialismo argentino. Becerra, Martina. Rosario: Protohistoria ediciones, 2009.
-Revista Ciencia Hoy.