Rafael Hernández

Fue el proyecto del senador Rafael Hernández, en 1889, el que impulsó nuestra Universidad. No sólo se trataba del autor de la iniciativa en la Legislatura, sino que, además, lo que aparecía en juego era su permanente trabajo por la educación, su capacidad política para convencer a otros legisladores y su posición ideológica sobre un proyecto de país que no se limitara a exportar materias primas. En ese contexto, Hernández pensó una Universidad en la nueva ciudad de La Plata, que saldará la herida provocada por la federalización de la ciudad de Buenos Aires en 1880: la Provincia había perdido las instituciones educativas (formadoras de elites) a manos de la ciudad de Buenos Aires. Con una mirada desde la provincia, Hernández se preocupa por lo que considera indispensable para La Plata, la nueva capital: una Universidad.

Así lo entendieron los jóvenes que el 14 de junio de 1889 protagonizaron una manifestación, que se dirigió a su casa para apoyar tanto al hombre, como a su proyecto educativo. Más de ciento cincuenta estudiantes, muchos de ellos del Colegio Nacional, con una banda de música al frente, celebraron la iniciativa que tuvo una gran repercusión en la ciudad. Expresiones juveniles en las calles, música, una institución que se diera sus propios estatutos y eligiera a sus autoridades a través de una asamblea, fueron parte del origen de nuestra Universidad. Así como la pensó Rafael Hernández cuando redactó el proyecto, una propuesta que hacía hincapié en el autogobierno –explícitamente redactado-, junto con la elección de un Presidente y el funcionamiento de un Consejo Superior. Y argumentaba: “La Universidad es la representación genuina y legítima del espíritu de independencia y libertad”.

A pesar de que muchos no veían la necesidad ni la urgencia de una Universidad en la capital bonaerense, el Senado aprobó el proyecto por unanimidad el 6 de agosto de 1889.

Hernández estaba plenamente convencido y veía con claridad cómo podría plasmarse su iniciativa, cómo su sueño de una Universidad de prestigio se hiciera realidad. Y sabía lo que decía: “Esta no es una de esas leyes ordinarias que diariamente sancionamos, para que más tarde se modifiquen o deroguen (…) Es, por el contrario, una ley que perpetúa el nombre de cada uno de los senadores que la han votado”. Tal vez no imaginó que el colegio dependiente de la Universidad Nacional de la Plata llevaría su nombre: hoy es el “Colegio Nacional Rafael Hernández”.

Creció en una familia signada por las diferencias políticas de la época: unitarios del lado materno y federales del paterno. Sus padres fueron Pedro Pascual Rafael Hernández e Isabel Pueyrredón Caamaño. Sus hermanos: Magdalena, la mayor y José – autor del Martín Fierro – con quien tuvo un vínculo muy profundo.

Como militar, participó en las batallas de Cepeda y Pavón y milagrosamente fue el único sobreviviente de los seiscientos hombres que pelearon en Paysandú a favor del gobierno de Uruguay. También, alcanzó gran notoriedad como periodista y escritor. Su título de Agrimensor Nacional le permitió trabajar recorriendo el país y fundó varios pueblos en la provincia de Buenos Aires. Creó los sistemas de taquigrafía y de marcas.

Fue legislador en varias oportunidades, colaboró activamente con Dardo Rocha en la fundación de la ciudad de La Plata y defendió a los ferrocarriles para que no pasaran a manos extranjeras. Al enviudar muy joven, se encargó de la crianza de sus hijos, a los que se sumarían también sus sobrinos, tras la muerte de su hermano José.

Fue intenso su trabajo como periodista. En 1887 incorporado al Senado Provincial, es nombrado presidente de la Municipalidad del barrio de Belgrano, es el primer periodista de la zona y funda entre otros periódicos: “El progreso de Belgrano”. También se desempeñó como vocal del Departamento de Ingenieros de la Provincia de Buenos Aires y encargado de la sección de Catastro y Geodesia del mismo departamento.

A lo largo de su vida, desde el terreno militar, el periodismo, la docencia o la política propuso un país con la educación como valor primordial, vinculado al desarrollo industrial y comercial, y a explotar su capacidad para elaborar materias primas. Su proyecto de Universidad habla de él. Murió el 21 de marzo de 1903.