Lousto, el astrónomo de la UNLP que asombra al mundo

    Carlos Lousto, doctor en Astronomía y Física graduado en la Universidad Nacional de La Plata, integra el equipo que detectó esta semana un segundo evento de ondas gravitacionales.
    Los investigadores son los mismos que a principios de este año descubrieron la existencia de las llamadas “ondas gravitacionales”, un fenómeno físico que Albert Einstein predijo hace cien años.
    Las ondas gravitacionales -ondulaciones en el tejido del espacio-tiempo- fueron  divisadas por segunda vez por los dos detectores gemelos del Observatorio  por Interferometría Láser de Ondas Gravitacionales (LIGO, por sus siglas en inglés), ubicados en Livingston, Louisiana, y Hanford, Washington, EE.UU.
    Las ondas gravitacionales llevan consigo información sobre sus orígenes y la naturaleza de la gravedad que no pueden obtenerse de otra forma. Los físicos han llegado a la conclusión que las ondas gravitacionales detectadas una vez más se produjeron durante los momentos finales de la fusión de dos agujeros negros de 14 y 8 veces la masa del sol para producir un único agujero negro en rotación más masivo, de unas 21 veces la masa del sol.
    0″Es muy significativo que estos agujeros negros fuesen mucho menos masivos que los de la primera detección”, dice Gabriela González, portavoz de la Colaboración Científica LIGO (LSC) y profesora de física y astronomía en la Universidad del Estado de Louisiana. “Debido a sus masas más ligeras, se pasaron más tiempo -alrededor de un segundo- en la banda sensible de los detectores. Es un comienzo prometedor para el estudio de las poblaciones de los agujeros negros en nuestro universo”, afirmó la investigadora.
    Durante la fusión, que se produjo hace aproximadamente 1.400 millones de años, una cantidad de energía más o menos equivalente a la masa del sol se convirtió en ondas gravitacionales. La señal detectada proviene de las últimas 27 órbitas de los agujeros negros antes de su fusión. El tiempo de llegada de las señales, medida 1.1 milisegundos antes en el detector de Livingston que en el detector de Hanford, da una idea aproximada de la posición de la fuente en el cielo.
    “Este nuevo evento es muy importante porque representa la confirmación que hemos entrado en la era de la astronomía de las ondas gravitacionales. Nos permite afirmar que la fusión de dos agujeros negros es un proceso muy común en el universo y puede darnos pistas sobre la naturaleza y el origen de la misteriosa materia oscura que está omnipresente en el Universo”,  dijo Carlos Lousto, Profesor del Instituto de Tecnología de Rochester en Nueva York y miembro de LSC. “Las simulaciones en supercomputadoras para reproducir este evento han sido mucho más complejas, pero hemos logrado confirmar una vez más la teoría de la Relatividad General”, agregó Lousto, sobre su contribución a esta nueva detección.
    La primera detección de ondas gravitacionales, anunciada el 11 de febrero de 2016, fue un hito en la física; se confirmó una importante predicción de la teoría general de la relatividad de Einstein del 1915, y marcó el inicio del nuevo campo de la astronomía de ondas gravitacionales.
    El próximo desafío será el poder detectar las fusiones de objetos compactos que incluyan al menos una estrella de neutrones. La fusión de un agujero negro y una estrella de neutrones o de dos estrellas neutrones debería tener un correlato electromagnético y la observación del mismo por parte de observatorios astronómicos como los que cuentan con telescopios ópticos podrían contribuir a un mejor entendimiento de estos procesos. “En este sentido es altamente auspicioso que el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Argentina haya asegurado tan solo la semana pasada, la disposición del gobierno argentino a financiar el proyecto TOROS que consiste en el desarrollo de un observatorio astronómico en el Cerro Macón en la provincia de Salta dedicado al seguimiento de estas fuentes de ondas gravitacionales”, dijo Mario Díaz, director del Centro de Astronomía de Ondas Gravitacionales de la Universidad de Texas del Valle del Rio Grande, miembro de LSC como asimismo de la colaboración TOROS (una colaboración independiente de LSC integrada por astrónomos de EEUU, Argentina, México y Chile destinada a la búsqueda de posibles contrapartidas ópticas asociadas a la emisión de ondas gravitacionales).
     
    Lousto, el astrónomo de la UNLP que confirmó las teorías de Einstein
     
    Carlos Lousto es Doctor en Astronomía y Física, graduado de la Universidad Nacional de La Plata. Con una infancia marcada por la llegada del hombre a la luna y una inagotable pasión por los misterios del universo, Lousto inscribió su nombre en la historia grande de la ciencia mundial, como protagonista de uno de los hallazgos más trascendentes de la  astronomía y la física. 
    El aporte de Lousto permitió identificar la señal registrada con el resultado de la colisión de dos agujeros negros, cuya energética fusión originó las ondas que pudieron ser fehacientemente registradas.
    Lousto estudió la licenciatura en Astronomía en la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas de la UNLP entre los años 1979 y1982, año en que obtuvo su título con las más altas calificaciones. En los años posteriores continuó sus estudios de posgrado en la Universidad platense, y en 1987 obtuvo el título de Doctorado en Astronomía.
    Reconocido a nivel Mundial, este investigador nacido en Lanús aún recuerda sus épocas como estudiante: “viajaba casi todos los días a la ciudad de La Plata; me levantaba a las 5 de la mañana y recién volvía a las 10 u 11 de la noche. Fueron tiempos de gran sacrificio, pero  lo hacía con una enorme pasión, me gustaba lo que hacía y lo hacía bien”.
    Si bien Lousto prosiguió su desarrollo académico y profesional en exterior, nunca perdió el contacto con la casa de estudios platenses donde durante estos años ha desarrollado numerosos coloquios y seminarios. Su última presentación fue en el 2014, y el tema que desarrolló fue, precisamente, sobre las colisiones de los agujeros negros y las ondas gravitacionales.
    Formado en los más prestigiosos institutos de investigación de Francia, España, Alemania y Estados Unidos, Lousto  sigue destacando el gran nivel de preparación académica que le brindó la UNLP, y asegura a todo aquel que quiera oirlo que “ esta universidad no tiene nada que envidiarle a las más prestigiosas universidades de  los EEUU y del mundo”.
    “Yo estuve en La Plata para la inauguración del Planetario en el año 2013, y puedo garantizar que la UNLP tiene un Planetario propio del primer mundo, no sólo por sus instalaciones, sino por la calidad con la que se reproducen las proyecciones en la pantalla”, afirma Lousto.
    Hace menos de 40 años, cuando era solo uno de los tantos estudiantes que llegaban a la UNLP provenientes de una humilde familia de la provincia de Buenos Aires, ni siquiera imaginaba que el 2016 lo encontraría como protagonista de un descubrimiento fabuloso, constatando la existencia de las ondas gravitacionales predichas por el genio de  Einstein en su Teoría de la Relatividad General.
    Lousto se fue de Argentina hace 25 años. Tras alcanzar el título de doctorado a la edad de 26, obtuvo una beca para trabajar en el Observatorio de París. Luego vivió en Alemania becado por la fundación Von Humboldt. Trabajó también en el Instituto Max Planck de Berlín donde  inició sus estudios específicos sobre agujeros negros y cómo lograr simulaciones en supercomputadoras. Finalmente se radicó en los Estados Unidos, donde sus investigaciones sobre el modo en que colisionan los agujeros negros le valieron el reconocimiento de la NASA y del propio congreso de los EEUU.
    Actualmente Lousto trabaja en el Instituto Tecnológico de Rochester, en el estado de Nueva York. Hoy en el centro de todas las miradas de la comunidad científica internacional, este investigador argentino formado en la UNLP reflexiona: “Yo siempre cuento mi historia para que los jóvenes se animen y no pierdan nunca la esperanza de estudiar en la Universidad;  aun viniendo como yo de familias relativamente pobres”.