Argentina puso en órbita un satélite con el sello de la UNLP

Parte de los elementos que componen el satélite  SAC-D Aquarius que fue eyectado esta mañana desde la Base Vanderberg, California (EEUU) hacia el espacio para monitorear los efectos del cambio climático fueron fabricados por expertos de la Universidad Nacional de La Plata. Se trata de una misión conjunta entre Argentina y Estados Unidos y se construyó mediante un convenio con la NASA.
Investigadores, técnicos y docentes de diferentes departamentos de la Facultad de Ingeniería de la UNLP tuvieron un rol clave en la construcción, funcionamiento y mantenimiento del proyecto espacial que se desarrolló en nuestro país. Puntualmente, los especialistas de la universidad platense incorporaron tecnología de avanzada en la etapa D del SAC, dedicado a estudios ambientales.
La nueva misión del satélite construido, el SAC-D, es de mayor tamaño y peso que todos los anteriores. Tendrá un gigantesco radar en banda L llamado Aquarius, que la NASA utilizará para el mapeo de la salinidad superficial oceánica, como parte de sus estudios científicos globales sobre la biósfera. La Argentina, sin embargo, además obtendrá del Aquarius importante información práctica sobre sus propias pesquerías marítimas y sobre sus aguas subterráneas.
En 2009 el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación había convocado a grupos de investigadores de universidades y organismos nacionales para que presentaran proyectos. Tras la selección, quince de ellos fueron elegidos para ser desarrollados en el país.
El SAC-D Aquarius es el satélite más grande construido en el marco del Plan Espacial Nacional: pesa 1.341 kilogramos, mide 2,7 metros de diámetro y 7 metros de largo.
El SAC-D es una misión de cooperación internacional desarrollada por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) y la National Aeronautics and Space Administration (NASA). Incluye contribuciones de la Agenzia Spaziale Italiana (ASI) de Italia, la Canadian Space Agency (CSA) de Canadá, el Centre National d´Etudes Spatiales (CNES) de Francia, la Agencia Espacial Brasilera (AEB) y el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciais (INPE) de Brasil.
Además de la UNLP, en el ámbito nacional participaron en la construcción del satélite, organismos del Sistema Nacional de Innovación Científica y Tecnológica, tales como la Comisión Nacional de Energía Atómica, el Instituto Argentino de Radioastronomía (IAR), el Centro de Investigaciones Ópticas (CIOP), la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), el Instituto Universitario Aeronáutico (IUA) y empresas privadas nacionales de base tecnológica. La empresa INVAP S.E. fue la contratista principal del satélite.
La Facultad de Ingeniería participó en el diseño, construcción y test de varios de los instrumentos argentinos. Intervinieron el Departamento de Electrotecnia y el Departamento de Aeronáutica a través del “Grupo de Investigación y Desarrollo en Comunicaciones Digitales” (GrIDCOMD), el “Laboratorio de Electrónica Industrial, Control e Instrumentación” (LEICI) y el “Grupo de Ensayos Mecánicos Aplicados” (GEMA).

Los instrumentos y laboratorios en los que intervino la unidad académica son:

DCS (Data Collection System). Se trata de un sistema de manejo de datos desarrollado por el GrIDCOMD.
– TDP (Technological Demostration Package). Es un demostrador de tecnología. Fue elaborado conjuntamente por el CIOP – LEICI.
– MWR (Microwave Radiometer). Fue desarrollado por el IAR – GEMA y tiene como objetivo determinar la velocidad del viento, la presencia de hielo marino, las precipitaciones y el contenido de vapor de agua en la atmósfera sobre el mar. Este instrumento pesa cerca de 70 kg y se le suman dos reflectores de 25 kg.
– NIRST (Near Infrared Sensor). Desarrollado por el IAR – GEMA y servirá para monitorear eventos de alta temperatura (fuegos, volcanes) y determinar la temperatura superficial del mar. El NIRST, es un sensor infrarrojo de nueva tecnología. Consiste en una cámara que detecta infrarrojo y está instalada en la base que se realizó en Argentina. La cámara es el corazón del instrumento que se combina con otros dispositivos y conforman la NIRST.
Además,el GEMA confeccionó la mayoría de las mantas térmicas que cubren y protegen partes vitales del satélite.
Una vez que esté en órbita, el SAC-D medirá la salinidad de mares y océanos variables que hasta ahora se medían en forma parcial, a través de boyas y barcos y también los movimientos de las grandes masas de agua del planeta que son claves para entender los patrones del clima.
“La información será importante para prevenir inundaciones o programar cosechas en el campo ya que  al lograr determinar los niveles de sal en el mar se conoce la densidad de las aguas y con ello se puede evaluar cómo se mueven las corrientes marinas. Será un elemento fundamental para conocer, por ejemplo, los patrones de lluvias, señaló el coordinador del GEMA, Pablo Ringegni.