No es sólo empatía, es una necesidad

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El 26 de abril se contabilizaron casi 11.000 nuevas muertes en el mundo por COVID. En Argentina, más de 400. No son sólo números. Son personas que tenían un nombre, un rostro, trabajaban a nuestro lado, compartíamos la vida. El 26 de abril, por ejemplo, murió por Covid Carlos Rodríguez, un joven de 43 años, deportista, sin factores de riesgo conocidos ni comorbilidades. Carlitos era un compañero de trabajo dedicado, responsable, amable y alegre. Y unos días antes murió Norma, una profesora querida y respetada por sus estudiantes. Y antes de ella también Gianni, un trabajador de nuestra radio.
 
El 26 abril es, además, el día mundial de la propiedad intelectual. ¿Qué relación tiene todo esto con Carlos Rodriguez, con Norma, con Gianni? Mucha. Si hablamos de propiedad intelectual, hablamos, entre otras cosas, de patentes, y las vacunas, los métodos de diagnóstico, los medicamentos y los insumos que podrían haberlos ayudado están alcanzados por patentes que limitan la posibilidad de producirlos a mayor escala.
Hay quienes sostienen que estas limitaciones son, en definitiva, virtuosas: al crear condiciones monopólicas se garantiza un nivel de ganancias que estimula la innovación, promueve la inversión necesaria para producir estos bienes, y la logística para distribuirlos.
 

Hay quienes sostienen, en cambio, que no es cierto que la expectativa de ganancias sea el único estímulo para la innovación, y que estos monopolios generan escasez y condiciones de acceso y distribución injustas, basadas sólo en una lógica de mercado.

Continúa en el video: {{article:20252|caption:https://www.youtube.com/watch?v=rGVXD7ZAPlw}}