Nueva edición del Libro de Tesis Doctorales

Luego de mucho tiempo transitado, en pandemia, con trabajo de forma remota, postergaciones y un elaborado trabajo de recopilación, edición y maquetación, finalmente podemos contar que se ha publicado una nueva edición del Libro de Tesis Doctorales, correspondiente al periodo 2018/2020: 

http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/133135

El libro incluye resúmenes de tesis de títulos validados desde junio del 2018 hasta marzo del 2020, fecha en la que se decretó el ASPO, suspendiendo la validación de títulos. Estamos muy felices de poder contarles que, luego de tantos meses de trabajo, estamos compartiendo una nueva edición del libro, buscando aportar a la divulgación del conocimiento adquirido.

Compartimos el prólogo, escrito por Aurelia Di Berardino, prosecretaria de Posgrado:

El presente libro releva la producción de tesis doctorales defendidas y aprobadas en el ámbito de la Universidad Nacional de La Plata durante el periodo comprendido entre junio de 2018 y marzo de 2020; siendo éste la sexta entrega de la Serie Resúmenes. Tesis Doctorales. En definitiva, hacer una tesis es como adiestrar la memoria. De viejo se tiene buena memoria si se ha ejercitado desde muy joven. Y da lo mismo que se haya ejercitado aprendiendo de memoria la alineación de todos los equipos de primera, los poemas de Carducci o la lista de los emperadores romanos desde Augusto hasta Rómulo Augústulo.

Desde luego, puestos a ejercitar la memoria, mejor es aprender cosas que interesen o sirvan; pero, de todos modos, también aprender cosas inútiles supone una buena gimnasia. Y así, aunque sea preferible hacer una tesis sobre un tema que agrade, el tema es secundario respecto del método de trabajo y la experiencia que de él se extrae. Además, si se trabaja bien no hay ningún tema que sea verdaderamente estúpido: trabajando bien se sacan conclusiones útiles incluso de un tema aparentemente remoto o periférico. Marx no hizo su tesis sobre economía política, sino sobre dos filósofos griegos, Epicuro y Demócrito. Y no es casual. Quizá Marx fue capaz de reflexionar sobre los problemas de la historia y la economía con la energía teórica que tan bien conocemos, precisamente porque aprendió a pensar con los filósofos griegos. Ante tanto estudiante que empieza con una tesis ambiciosísima sobre Marx para terminar en el departamento de personal de las grandes empresas capitalistas, es preciso reconsiderar los conceptos existentes sobre la utilidad, la actualidad y el alcance de los temas de tesis (Eco, 1977: 10-11).

La cita del libro de Umberto Eco invita a la reflexión sobre algunos aspectos presupuestos en la elaboración de una tesis doctoral. Hay una proyección sobre el esfuerzo, independientemente del área trabajada. Así, la elaboración de una tesis es un ejercicio de la memoria. Los vínculos teóricos que gestan la trama de una textualidad tal son el resultado de un entrenamiento que agiliza el músculo que conecta pasado-presente y futuro. La gracia de esta reflexión que pondera los aspectos metodológicos por sobre la elección del tópico de la tesis es precisamente la relevancia gimnástica de una tarea semejante. De este modo, todo tema, en principio, es una excusa para ejercitar la memoria, como toda excusa es buena para apuntarse al gimnasio. No ha de creerse, sin embargo, que lo postulado por el pensador italiano es cosa de poca monta. La memoria es esa parte de nuestra humanidad que se nos desdibuja con alarmante rapidez y cuya ausencia recrudece las burdas imitaciones de tiempos que no deberían volver a la vez que suprime las variantes creativas de futuros mejores. Por otra parte, no es menor la referencia a la elección temática en su eventual discurrir entre lo útil y lo inútil. Ese llamado criterioso a ejercitar la memoria entre epicureísmo y capitalismo es, sencillamente, una invitación extraordinaria para pensarnos aquí y ahora. Resulta oportuno, entre otras cosas, porque la presentación ocurre sobre el esperado final de la pandemia, una vez que estamos casi rozando la reposición del tiempo que existiera antes de la suspensión de todas las temporalidades. En ese paréntesis obligado, hubo un libro que no fue del mismo modo que no lo hicieron tantas otras cosas proyectadas, esperadas. Y ahora ve la luz, como recuperando el territorio perdido, como sosteniendo la sana costumbre de ofrecer el resultado de nuestras gimnasias intelectuales. Aquí no hay utilidad alguna que pueda discutirse. En el mientras tanto, con los lazos operativos y humanos llevados a su mínima expresión, nuestrxs doctorandxs continuaron ejercitando la musculatura cuya atrofia condena a la repetición y a la abulia.

La hechura de este libro deja claras muestras de todo lo que se puede hacer aún cuando nada parece que pueda hacerse. La variedad y calidad de las tesis presentadas aquí -y de las que todavía esperan por su edición- son un buen ejemplo de lo movilizadoras que pueden ser las crisis cuando se dejan ver como una oportunidad. Ninguna de ellas, por lo demás, tiene que mostrar cuán útiles son: su sola consumación es el dato que nos permite saber que el camino no se ha cerrado, que la universidad pública sigue mostrando su temple como garante de lo que no dejará de ser por más crisis -pandemia o no mediante- que nos salgan al cruce. En su justa medida, y bien mirado, este tiempo nos ha reivindicado como comunidad académica.

Una parte de esta comunidad, deja su huella aquí, en este libro que se permite apelar a Epicuro para cerrar esta introducción y tal vez, permítanme la esperanza, el tiempo de la pandemia: “En los sufrimientos no hay nada eterno, ni imposible de soportar, si consideras que todo tiene límites y si no añades a ello tus prejuicios”.

Dra. María Aurelia Di Berardino

Prosecretaria de Posgrado

UNLP