La convivencia en escuelas en entornos de desigualdad social

    Los hechos violentos son manifestaciones que ocurren en todos los niveles sociales, económicos y culturales, y que alcanzan también a todas las instituciones, inclusive la escuela. Con la finalidad de mejorar la convivencia y el clima escolar a través de prácticas de ciudadanía democrática, un equipo de extensionistas de la Universidad Nacional de La Plata, conformado por docentes y estudiantes avanzados de las Facultades de Psicología y Humanidades, trabajan con alumnos de diferentes cursos de escuelas públicas de La Plata, Berisso y Ensenada.

    De la iniciativa también participan los docentes, preceptores, integrantes de equipos de orientación escolar y directivos de escuelas secundarias de la región, con el objetivo de mejorar las relaciones interpersonales en establecimientos de entornos de desigualdad social.

    Para atender diferentes situaciones de desborde institucional, violencia e inseguridad que atraviesan estos establecimientos educativos, los extensionistas proponen diferentes actividades para pensar la convivencia como mecanismo de inclusión. Las actividades van desde talleres de convivencia y responsabilidad digital, reuniones, entrevistas, observaciones de clase, trabajos prácticos conjuntos, hasta juegos cooperativos en educación física.

    Irina Iglesias, de la cátedra Psicología Educacional de la Facultad de Piscología y directora del proyecto destacó que "las actividades están basadas en la realización de talleres que abordan situaciones cotidianas". Son espacios donde se promueve la circulación de la palabra, con el fin de fortalecer la escucha mutua, la empatía y la búsqueda de acuerdos en relación a las diferencias".

    Por su parte, Cristina Erausquin, titular de la cátedra e impulsora y supervisora de estos proyectos y  referente sobre la temática de la convivencia en las instituciones educativas, sostuvo la importancia de construir espacios institucionales de intercambio que propicien la construcción de vínculos necesarios para una buena convivencia, en los que prevalezcan formas dialogadas para expresar en el grupo ideas, conceptos y opiniones que suceden en una trama social compleja.

    El proyecto plantea alcanzar un aprendizaje colaborativo, basado en la construcción de acuerdos y consensos entre adultos y estudiantes para mejorar la convivencia y el clima escolar, desarrollar prácticas de ciudadanía democrática y lograr la reflexión de los jóvenes y adolescentes sobre sus vínculos, favoreciendo la circulación de la palabra entre las diferentes voces.

    También se apunta a mejorar la autoestima de los estudiantes, lograr una satisfacción con la realización de las distintas tareas y alcanzar la apropiación de la palabra constructiva de significados y sentidos en los actores de la comunidad educativa.

    La psicóloga remarcó que esta propuesta de trabajo busca "disminuir las situaciones de violencia interpersonal, intrapsíquica e institucional en las escuelas, y entre ellas, las familias y el resto de las organizaciones sociales".