Gestionar el crecimiento
Hace 14 años la Universidad Nacional de La Plata se propuso transformar la gestión universitaria a partir de una idea rectora: tener un plan de gestión para que la Universidad pública y gratuita crezca, algo impensado en ese momento. Para llevar adelante esa idea era necesario viabilizar el trabajo en común entre quienes piensan distinto, y así fue como generó un ámbito de debate democrático de todos los claustros universitarios para desarrollar el Plan Estratégico de la UNLP.
Con esta nueva forma de gestión, la UNLP experimentó un proceso de crecimiento inédito en su historia, no sólo en términos edilicios -quizás lo más ostensible-, sino también en cantidad de alumnos, docentes y no docentes, en acompañamiento al proceso formativo a través del sistema de bienestar estudiantil, en diversidad de carreras y en educación formal alternativa, en laboratorios y recursos para la investigación, en actividades de extensión, en presencia en el territorio con centros comunitarios, en producción artística y cultural con un Centro Universitario de Arte, un Centro de Posgrados y un Centro de Convenciones. Amplió también sus horizontes a Berisso y Ensenada transformándose en una Universidad para la región, y planifica junto a la Provincia un sistema integrado de formación en salud único en el país.
Actualmente la UNLP es una institución creciente, compleja y dinámica que requiere de una estructura acorde y que instituyó un instrumento en permanente proceso de revisión, actualización y evaluación donde se explicitan las líneas de trabajo de cada área. Además, el Plan Estratégico establece la presentación de informes trimestrales donde toda la estructura que conforma la Universidad expone las acciones planificadas y gestionadas y en qué estado de ejecución se encuentran, no sólo como forma de evaluación constante, sino también de transparentar los procesos de gestión de una institución pública.
La Universidad Nacional de La Plata se propuso, sobre la base de la defensa de las ideas de la reforma universitaria de 1918, que la educación pública y gratuita se transforme en el motor del desarrollo del país y de una sociedad más igualitaria, y en esa línea tiene un Plan que rinde cuentas, plantea las dificultades y encuentra las soluciones para seguir creciendo en todos los aspectos de la vida universitaria.
Transparencia de la gestión
El proceso de planeamiento estratégico iniciado en 2004 está basado, fundamentalmente, en tres ejes: herramientas de administración disponibles públicamente; centralización de la información académica, científica y administrativa; e integración operativa con el conjunto del Sistema estatal educativo, legal y de contralor de gestión administrativo.
Las diferentes instancias de gestión, la evaluación de dichos procesos y la participación colectiva tanto de los planteles de Presidencia como de cada una de las Unidades Académicas (Facultades, Colegios, Institutos, Centros) y Dependencias, han dado como resultado una batería de necesidades normativas operativas que nos den instrumentos modernos de precisión para complementar la cotidianeidad laboral y el cumplimiento de las demandas de información pública, comunicación eficiente y responsable, administración abierta, todo dentro de los preceptos de la Autonomía constitucional que nos rige y empodera.
Así, dentro de las medidas que están en pleno proceso de implementación para el ordenamiento y la transparencia institucional pública, podemos listar la depuración y consolidación operativa del Digesto Normativo con vigencia actualizada, la publicación del Boletín Oficial, la disponibilidad de un Sistema de gestión de los requerimientos de acceso a la información universitaria, el cumplimiento de lo dispuesto en el art.32 de la Ley 27.275 de transparencia activa, un Régimen propio ampliatorio de declaraciones juradas de funcionarios, la normatización integral de los procedimientos administrativos especiales respecto del Personal, Convenios, Jubilación, Expediente Electrónico.
Esta continuidad de los procesos iniciados de despapelización, sistematización electrónica integrada, comunicación permanente de la información, profundiza no sólo la responsabilidad autoasumida, sino que instituye finalmente una cultura pública de gobierno abierto, de transparencia en procedimientos muchas veces opacos por la complejidad de las temáticas que atendemos, de voluntad democrática y republicana.
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