Revolucionario avance científico de la UNLP

Investigadores de la Universidad Nacional de La Plata avanzan en el desarrollo de un nuevo fármaco antiepiléptico   diseñado para eliminar los efectos secundarios de las drogas convencionales. La nueva fórmula, que promete revolucionar el mercado de los anticonvulsivos, se encuentra en la fase de ensayos preclínicos y ya obtuvo su patente de invención en los Estados Unidos.El desarrollo del nuevo profármaco está a cargo de un de equipo de investigación que lidera el director de la Cátedra de Clínica Medicinal de la Facultad de Ciencias Exactas, Luis Blanch. Para llevar adelante los experimentos científicos, en 2005 la UNLP –a través de la Dirección de Vinculación Tecnológica y la Dirección de Propiedad Intelectual- firmó un convenio de Investigación y Desarrollo con el laboratorio argentino MediPharma S.A. –con sede en la localidad platense de Los Hornos-, que se encarga de financiar el proyecto.
El presidente de la UNLP, Fernando Tauber, destacó la importancia de este acuerdo estratégico al señalar que “desde hace años venimos trabajando fuerte en consolidar una política de vinculación y transferencia que permita gestionar con éxito las relaciones de nuestros científicos con los sectores productivos. Hoy estamos viendo los resultados de esta política que permite impulsar investigaciones que respondan a las demandas de la comunidad”.
En nuevo profármaco es un compuesto de Myo-inositol y ácido valproico; este último es el agente antiepiléptico más utilizado en el mundo para el tratamiento de varias formas de epilepsia. En los ensayos de laboratorio, los científicos de la UNLP han logrado determinar que la combinación de ambas drogas lograría eliminar los efectos secundarios adversos que producen los tratamientos conocidos hasta el momento.
Los especialistas señalan que, a pesar de los grandes avances en la materia a nivel mundial, aún no se ha logrado dar con un medicamento que elimine los efectos adversos presentes en los actuales.. Los efectos secundarios –según el medicamento que se administre- pueden incluir: anorexia,  insomnio, vómitos, cansancio, dolor abdominal, anemia aplásica, cefaleas, temblor, aumento de peso, rash cutáneo, alergias, irritabilidad, mareos, deterioro de la memoria y capacidad de aprendizaje, y reacciones psicóticas, entre otros.
Otro de los objetivos que persiguen los investigadores de la UNLP es que la nueva fórmula sea efectiva en el 100% de los pacientes. Es que, según las estadísticas oficiales, 3 de cada 10 personas que sufren epilepsia no responden a ninguno de los tratamientos farmacológicos conocidos hasta el momento, conocido como farmacorresistencia. El doctor Luis Bruno-Blanch aseguró que “nuestro gran desafío es poder superar esta  farmacorresistencia –o epilepsia refractaria- y al mismo tiempo eliminar los efectos secundarios”.
Bruno-Blanch explicó que la nueva formulación “permitirá tratar la epilepsia con dosis mucho menores a las que se utilizan actualmente y, consecuentemente, será posible reducir o eliminar los efectos colaterales indeseados del fármaco”. Al respecto detalló que trabajamos para obtener un comprimido de 5 a 10 mg por dosis, una medida considerablemente menor si se la compara con los anticonvulsivos de 500 o 250 mg. que se prescriben hoy en la mayoría de los tratamientos”.
Para realizar el nuevo fármaco, los científicos partieron del ácido valproico, el agente antiepiléptico más utilizado para el tratamiento de este tipo de desórdenes del sistema nervioso central. Al combinarlo con el Myo-inositol, los investigadores platenses lograron mejorar la molécula de ácido valproico, obteniendo así un compuesto más eficiente y con mínimos efectos adversos, ya que se podrían administrar dosis hasta 30 veces menores a las utilizadas hasta el momento.
El desarrollo se encuentra en fase preclínica, es decir, se están realizando con éxito las pruebas con animales de laboratorio. La reciente obtención de la patente internacional –la primera que logra la UNLP para desarrollo de fármacos- permitirá acceder a nuevos ensayos y evaluaciones a cargo de diferentes laboratorios internacionales. Este es un requisito ineludible para poder pasar a la fase clínica de la investigación.
En la actualidad, la mayoría de los pacientes que padecen epilepsia pueden encontrar una mejor calidad de vida con el uso de los fármacos antiepilépticos (FAEs) y son sin duda el tratamiento de primera elección y el más utilizado. A pesar de la introducción de diez nuevos FAEs en la década del ‘90, se estima que alrededor del 30% de los pacientes tratados continúan con las convulsiones no controladas. Además, la mayoría de estos últimos fármacos han sido retirados del mercado o están siendo usados bajo estrictos controles médicos debido a las reacciones adversas que presentan, porque no han logrado superar a los FAEs “clásicos”.

LA PATENTE

Para conseguir una patente, el desarrollo, producto de la investigación debe ser novedoso y con altura inventiva, es decir, que no exista nada similar y que se pueda aplicar industrialmente. En el caso de esta investigación, la facultad de Ciencias Exactas inició los trámites de patentamiento en la oficina de Propiedad Intelectual de la UNLP. Desde allí comenzaron las gestiones para llevar el proyecto adelante, ya que en principio es necesario realizar una búsqueda internacional para determinar la innovación del producto.
La dirección de Propiedad Intelectual de la Universidad consiguió que la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) realice la búsqueda general de manera gratuita. Así se determinó que no existía ninguna investigación similar a nivel mundial, por lo que la OMPI se ofreció a financiar búsquedas específicas, que establecieron que la investigación de Bruno-Blanch era original y única de esas características.
Fue entonces que se confeccionó la solicitud de patente y se presentó simultáneamente en Argentina y en Estados Unidos. La patente de invención de EEUU ya fue concedida, mientras que en Argentina aún continúa tramitándose.

EL APORTE DE MEDIPHARMA

Para llevar adelante las investigaciones, la Dirección de Vinculación Tecnológica de la UNLP propició a fines de 2005 la firma de un acuerdo con Laboratorios Medipharma S.A, una empresa farmacéutica nacional del barrio de Los Hornos de la ciudad de La Plata, dedicada al desarrollo y elaboración de productos farmacéuticos para uso humano.
Medipharma provee a la cátedra de Clínica Medicinal, los recursos económicos necesarios para que pueda llevar adelante sus investigaciones: tales como reactivos extranjeros,  gastos de usos de equipos, mantenimiento de los mismos, espectros y pasantías de trabajo para estudiantes o graduados que colaboran en tareas de investigación; además sirve para su capacitación.
“Si bien la investigación está en sus primeras fases, tengo mucha expectativa en sus resultados finales, y como Director Técnico de una planta farmacéutica estoy seguro será un avance significativo por sus características de ser un proyecto de colaboración en donde participan dos sectores de la sociedad: la universidad aportando su experiencia y conocimiento en el desarrollo de nuevos compuestos, y  nosotros la capacidad en la elaboración de fármacos”. Además agregó: “este proyecto va a revolucionar el mercado de los medicamentos y marcará un camino en dos sectores que trabajan para la mejora de la salud de la población”, aseguró Elicabe.
Elicabe señaló además que “somos conscientes de la necesidad de desarrollar  nuevos productos que contribuyan al mejoramiento de la salud y la calidad de vida, por esto mismo decidimos apoyar en todo lo que sea necesario a la investigación de la UNLP”.
Desde la prosecretaría de Vinculación y Transferencia de la UNLP expresaron que “es muy importante para esta Universidad lograr relaciones con entes privados, que logren perdurar en el tiempo, generando recursos para investigaciones que apuntan a mejorar la calidad de vida de la sociedad en general. Estamos trabajando para incrementar la vinculación entre la UNLP y las empresas, y de esta manera aprovechar los recursos de éstas y poder aplicar el conocimiento de nuestros investigadores en la sociedad”. Al mismo tiempo agregaron que “es muy importante generar acuerdos y convenios como el que tenemos con Medipharma que son los que hacen posible que investigaciones que pueden transformar la realidad cotidiana,  no queden en meros estudios teóricos y se puedan seguir desarrollando.”
A partir de esta alianza estratégica, la empresa farmacéutica y la Facultad de Ciencias Exactas programan todas las actividades de común acuerdo, sobre la base de planes operativos semestrales, en los que se detallan las acciones del período respectivo y los recursos a emplear.

LA EPILEPSIA

La epilepsia es uno de los desórdenes neurológicos de mayor incidencia social en cuanto al número de personas afectadas y a los prejuicios que la sociedad tiene sobre las personas que la padecen. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que afecta al 1% de la población mundial, es decir aproximadamente 50 millones de personas. De esa cifra, 40 millones pertenecen a los países en vías de desarrollo y se incrementa anualmente en 2 millones de nuevos casos en el mundo.  De estos nuevos casos, existe una marcada diferencia entre la población de los países industrializados donde el porcentaje es  0,5-0,7 %  respecto al 1,9%  de los países en vías de desarrollo, la cual es cuatro veces mayor. Esta diferencia se la asigna a mayores riesgos asociados a infecciones y enfermedades ocasionadas por daños cerebrales (accidentes de tránsito, partos traumáticos, etc.).
Estos valores a nivel mundial, concuerdan con el informe elaborado en 2004 por el ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires, según el cual aproximadamente 210 mil personas de la población bonaerense (el 1,5% ) está afectada por epilepsia. Se estima que a nivel nacional los valores deben ser próximos a los aportados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) a nivel mundial.
Estudios realizados en Italia, Alemania y Estados Unidos señalan que entre el 15 y 20 % de los epilépticos en edad laboral están desempleados, mientras que entre el 40 y el 60 % son empleados por debajo de su capacidad.